El Adviento es una tradición que antecede a las festividades de Navidad y que invita a los fieles a prepararse espiritualmente para el nacimiento de Jesús.
Este periodo comienza el domingo 30 de noviembre de 2025 y culmina en Navidad. Durante estas semanas de penitencia, los creyentes reflexionan sobre los valores del amor, la paz y la alegría.
El rito del Adviento inicia cuatro domingos antes de Navidad. En cada celebración semanal se enciende una vela de la corona, que en total está compuesta por cinco: cuatro moradas, una rosada y una blanca.
Publicidad
En el segundo domingo de Adviento, este 7 de diciembre, se enciende la segunda vela morada, que simboliza el espíritu de vigilia, fundamento del Adviento como preparación para la llegada del Niño Dios. Durante esta segunda semana, la Iglesia anima a los fieles a buscar la reconciliación mediante la confesión, sacramento que restaura la amistad con el Señor perdida a causa del pecado.
Monición de entrada
Sean todos bienvenidos, hermanos, a la celebración eucarística correspondiente al segundo domingo del tiempo de Adviento. Tengan todos muy buenos días (tardes, noches).
En la preparación de los caminos del Señor, hoy escucharemos tanto a Isaías, como a Juan, el Bautista.
Publicidad
Pidiendo al Señor esa fuerza para convertirnos y hacer vida así la palabra de este día, comenzamos la Santa Misa, de pie, cantando el canto de entrada…
Moniciones para las lecturas
Opción 1: Monición para todas las lecturas
El llamado a la conversión es el mensaje central de las lecturas de este domingo.
Publicidad
El Reino de los Cielos, tal como aseguran el salmista y el profeta Isaías, conlleva un periodo de justicia y paz, donde todos, tendrán una oportunidad de felicidad. El Mesías, investido con el Espíritu de Dios, hará lo que no han sido capaces de llevar a cabo los reyes en Israel. Y Pablo nos exhorta a fiarnos de la Palabra de Dios y mantenernos firmes en la esperanza.
Preparémonos para la escucha atenta de esta Palabra.
Opción 2: Monición para cada una de las lecturas
Primera Lectura (Isaías 11, 1-10)
Escuchemos primero un texto mesiánico del profeta Isaías, que con comparaciones tomadas de la vida rural, nos anuncia un reino de paz que se convertirá también en señal de salvación para otros pueblos.
PRIMERA LECTURA
Lectura del profeta Isaías: 11, 1-10
Aquel día,brotará un renuevo del tronco de Jesé,y de su raíz florecerá un vástago.
Publicidad
Sobre él se posará el espíritu del Señor:espíritu de prudencia y sabiduría,espíritu de consejo y valentía,espíritu de ciencia y temor del Señor.Le inspirará el temor del Señor.
No juzgará por aparienciasni sentenciará sólo de oídas;juzgará a los pobres con justicia,con rectitud a los desamparados.
Herirá al violento con la vara de su boca,y al malvado con el aliento de sus labios.
La justicia será cinturón de sus lomos,y la lealtad, cinturón de sus caderasHabitará el lobo con el cordero,la pantera se tumbará con el cabrito,el novillo y el león pacerán juntos:un muchacho pequeño los pastoreará.
La vaca pastará con el oso,sus crías se tumbarán juntas;el león comerá paja con el buey. El niño jugará con la hura del áspid,la criatura meterá la manoen el escondrijo de la serpiente.
No harán daño ni estragopor todo mi monte santo:porque está lleno el paísde la ciencia del Señor,como las aguas colman el mar.
Aquel día, la raíz de Jesése erguirá como enseña de los pueblos:la buscarán los gentiles,y será gloriosa su morada.
Palabra de Dios.
Salmo Responsorial (Salmo 71)
Meditemos, con el salmo 71, la visión del Reino prometido. Si en nuestra vida hay tiniebla y vacío, esperamos en el Rey que ha de venir: será padre de los pobres y paz para cuantos lo espiran.
Manifestemos nuestra esperanza diciendo todos:
Salmo responsorial: Salmo 71, 1-2. 7-8. 12-13. 17
R. Que en sus días florezca la justicia,y la paz abunde eternamente.
Dios mío, confía tu juicio al rey,tu justicia al hijo de reyes,para que rija a tu pueblo con justicia,a tus humildes con rectitud. R.
Que en sus días florezca la justiciay la paz hasta que falte la luna;que domine de mar a mar,del Gran Río al confín de la tierra. R.
Él librará al pobre que clamaba,al afligido que no tenía protector;él se apiadará del pobre y del indigente,y salvará la vida de los pobres. R.
Que su nombre sea eterno,y su fama dure como el sol:que él sea la bendición de todos los pueblos,y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra. R.
Segunda Lectura (Romanos 15, 4-9)
Escuchemos ahora las exhortaciones de San Pablo, escritas en su carta a los Romanos, con recomendaciones que nos ayudan a preparar mejor la venida del Señor. Pongamos mucha atención
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Romanos: 15, 4-9
Hermanos: Todas las antiguas Escrituras se escribieron para enseñanza nuestra, de modo que entre nuestra paciencia y el consuelo que dan las Escrituras mantengamos la esperanza.
Que Dios, fuente de toda paciencia y consuelo, os conceda estar de acuerdo entre vosotros, según Jesucristo, para que unánimes, a una voz, alabéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.
En una palabra, acogeos mutuamente, como Cristo os acogió para gloria de Dios. Quiero decir con esto que Cristo se hizo servidor de los judíos para probar la fidelidad de Dios, cumpliendo las promesas hechas a los patriarcas; y, por otra parte, acoge a los gentiles para que alaben a Dios por su misericordia. Así dice la Escritura:
«Te alabaré en medio de los gentilesy cantaré a tu nombre».
Palabra de Dios.
Evangelio (Mateo 3, 1-12)
Del evangelio de San Mateo, escucharemos ahora a Juan el Bautista, el último profeta del Antiguo Testamento, que ahora con valentía anuncia la venida del Mesías y nos llama a dar frutos de una sincera conversión.
La conversión que Juan anuncia vuelve a hacerse necesaria en toda época de renovación evangélica. Por eso preparémonos para escuchar este importante mensaje.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Mateo: 3, 1-12
Por aquel tiempo, Juan Bautista se presentó en el desierto de Judea, predicando:
—«Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos». Éste es el que anunció el profeta Isaías diciendo:
«Una voz grita en el desierto:“Preparad el camino del Señor,allanad sus senderos”».
Juan llevaba un vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre.
Y acudía a él toda la gente de Jerusalén, de Judea y del valle del Jordán; confesaban sus pecados y él los bautizaba en el Jordán.
Al ver que muchos fariseos y saduceos venían a que los bautizara, les dijo:
—«¡Camada de víboras!, ¿Quién os ha enseñado a escapar del castigo inminente?
Dad el fruto que pide la conversión.
Y no os hagáis ilusiones, pensando: “Abrahán es nuestro padre”, pues os digo que Dios es capaz de sacar hijos de Abrahán de estas piedras.
Ya toca el hacha la base de los árboles, y el árbol que no da buen fruto será talado y echado al fuego.
Yo os bautizo con agua para que os convirtáis; pero el que viene detrás de mí puede más que yo, y no merezco ni llevarle las sandalias.
Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego.
Él tiene el bieldo en la mano: aventará su parva, reunirá su trigo en el granero y quemará la paja en una hoguera que no se apaga».
Palabra del Señor.
(I)





