El cometa interestelar 3I/ATLAS, que atravesó nuestro sistema solar en octubre de 2025, dejó por primera vez una señal de radio detectable.

Las observaciones realizadas con el radiotelescopio MeerKAT en Sudáfrica revelaron líneas de absorción de hidroxilo (OH), un subproducto del agua sublimada en su coma, lo que confirma que se trata de un cometa activo y permite estudiar su composición en tiempo real.

Hasta ahora, solo dos objetos de origen interestelar habían sido identificados, ʻOumuamua y 2I/Borisov, pero ninguno había mostrado una señal de radio clara.

Publicidad

Este hallazgo convierte a 3I/ATLAS en un caso único para la astronomía moderna, pues su trayectoria hiperbólica demuestra que no está ligado gravitacionalmente al Sol y que procede de otro sistema estelar.

Imagen del cometa interestelar 3I/ATLAS tomada por el Telescopio Espacial Hubble. Foto: NASA

La detección de agua y gases en su estructura ofrece pistas sobre cómo se formaron cuerpos planetarios en entornos distintos al nuestro.

“Es como recibir una carta escrita hace miles de millones de años desde otra estrella”, explican los investigadores, al destacar que el estudio del cometa abre una ventana al pasado químico de la galaxia.

Publicidad

Pese a las especulaciones iniciales, los científicos descartan que se trate de un objeto artificial. La combinación de sus emisiones de OH, su cola orientada en dirección opuesta al Sol y la presencia de compuestos como el cianuro de hidrógeno confirman que su comportamiento responde a las leyes físicas propias de un cometa natural.

Durante su paso cercano al Sol, 3I/ATLAS perdió cerca del 16 % de su masa, liberando chorros de gas y fragmentos a gran velocidad. Este fenómeno, aunque extremo, se considera una reacción normal de los cuerpos helados al calor y al viento solar. (I)