Marcas automotrices de origen chino habrían iniciado una retirada silenciosa de un país latinoamericano donde, hasta hace poco, mantenían una expansión acelerada. El hecho ya está afectando a cientos de clientes, quienes reportan problemas relacionados principalmente con la escasez de refacciones.

Diversas empresas de vehículos llegaron a México en los últimos años, provenientes de la nación asiática, pero ahora sus instalaciones están cerradas. Entre estas figura SEV, la compañía de autos eléctricos que hasta hace poco operaba en Ciudad de México.

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Este escenario —que no se limita solo a SEV— ha dejado a muchos conductores con vehículos que no pueden reparar, además de complicar la realización de trámites estatales que requieren documentación emitida por la marca.

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A la falta de repuestos se suma el cierre de canales de comunicación oficiales, incluidos números de teléfono en los que “no contesta nadie”. Algunos usuarios han compartido sus inquietudes a través de las redes sociales de la marca, pero tampoco obtienen respuesta.

Falta de protección y mercados negros

El CEO de la empresa de consultoría del país norteamericano Kaso y Asociados declaró a la revista Expansión que la actual problemática de las marcas como SEV es consecuencia de la “apertura indiscriminada” del mercado.

Detalló que el problema radica en que “no hubo salvaguardas regulatorias que obligaran a garantizar la continuidad del servicio”. Señaló que, ante la escasez de repuestos, surgen “mercados negros de importadores” que eventualmente dan como resultado vehículos circulando en condiciones inadecuadas.

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(I)

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