Ahora es lugar común que la realidad supere la ficción. Con esto me refiero al proyecto de ley presentado a inicios de este mes de julio en el que un asambleísta propone “los casos de personas mayores de catorce años que se encuentren en capacidad de consentir en una relación sexual”. Días después ese mismo asambleísta es acusado por violación a una menor.
Según lo expuesto, es perturbante saber que ese proyecto de ley fue apoyado por diez asambleístas. Siendo los asambleístas personas con la facultad de crear o derogar leyes, ¿consideraron una norma que dejaría en indefensión a adolescentes cuyos cuerpos y mentes están en desarrollo, cuando lo lógico es que el adulto debe salvaguardarlo?
Es hora de recordar nuestra responsabilidad con los niños y adolescentes. (O)
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Claudia Delgadillo Barba, Guayaquil