No importa si usted cree o no en la mística de los signos zodiacales; hay características que definen a los individuos más allá de su astrología. Un ejemplo de aquello es el doctor Rodrigo Borja Cevallos (presidente del Ecuador desde el 10 de agosto de 1988 hasta el 10 de agosto de 1992), géminis de nacimiento, amante de los libros, caballero a carta cabal y un estadista con mayúscula.

Podríamos escarbar en alguno de sus múltiples libros sobre anécdotas y pensamientos, pero el verdadero legado que dejamos los seres humanos es el de la cotidianidad, lo que las demás personas recuerdan de nosotros.

A Borja lo recuerdan como aquel caballero de territorio y discurso claro, transparente, honesto y cercano. Su legado no está solo en una ideología forjada con barro ecuatoriano que conquistó masas a lo largo y ancho del territorio; el verdadero mensaje está en su sencillez, pero sobre todo en su sensatez. Mi odontóloga mencionaba que cuando trabajó en el Ministerio de Salud lograron implementar programas reales que incidían en el bienestar de las clases menos favorecidas, como la sal con flúor, una estrategia sencilla pero eficaz para la salud bucal de los niños ecuatorianos.

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Mi vecina lo recuerda como un personaje que, siendo presidente, no perdía la cercanía y en una ocasión fue visitada sin cámara ni reportaje, solo con el interés legítimo de Borja para agradecer el apoyo brindado. Este agradecimiento lo realizó mientras compartían un chocolate caliente en la sala, junto con toda la familia de mi vecina.

A Borja lo recuerdan como inspiración, un líder que cuando visitó Loja en los 80 fue atacado con palabras de opositores que decían: “Ustedes son cuatro gatos”; a lo que él contestaba vez y media: “Hoy somos cuatro gatos, pero pronto seremos miles e iremos por esos ratones”.

Así es el expresidente Rodrigo Borja Cevallos, el estadista que cumplió 90 años, un géminis de justicia social y libertad. (O)

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Elvis Alberto Herrera Cadena, Guayaquil