Comparto las ocurrencias surgidas en un encuentro familiar en este colorido diciembre, donde el amor es preciso, imperioso, esencial, sin embargo, en este tiempo digital, la gran mayoría de las familias se “reúnen en singular” estando juntas no comparten, ni departen. Hagamos un paréntesis con el objetivo de divertirse, entretenerse de manera graciosa y lúdica; conectarnos a ese momento de la historia de fe católica.

La dinámica surrealista consiste en imaginar o contemplar en nuestros hogares el nacimiento y todo el engranaje que conlleva esta celebración tal es así que ingresemos al fantasioso caserío y elija algo que desearíamos haber sido y por qué; mi hermano eligió una casa mediana y con corral para sus perros, gatos y aves; una adolescente eligió una pequeña para no limpiar mucho; otro prefirió un puente y así unir continentes; otra el lago para descansar; yo elegí el castillo para preparar mis pócimas sanadoras del cuerpo y espíritu.

En este momento alucinemos ser los Reyes Magos y cuál de los tres regalos quisiera haberle entregado al niño y por qué. Muchos prefirieron el incienso por el aroma y calma, mi amiga elige el oro, por ser rey. Decido llevar el ungüento sanador y embalsamador del cuerpo, la mirra como sustancia resinosa muy aromática de amplias propiedades medicinales.

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Ahora ante el delirante árbol, elijan entre adornos cuál sería el que quiero ser y por qué, mi primo eligió la estrella para iluminar la humanidad, uno se decidió por las luces y no pagar tanto a la empresa eléctrica, otro prefirió las campanas para despertar a la familia, también un burro alado, lo cierto que todo fue un ameno momento en un descubrir levitado.

Para concluir cada uno en silencio o en el subconsciente recuerde y continúe con el bien, ayuda o favor que siempre hace y así mismo lo mucho de quién también recibe. Agradezca.

Así grandes y chicos se divertirán con las ocurrencias, ingeniosidades, pensamientos y sentimientos expresados con sutileza enfocada en el disfrute, la espontaneidad y risas. Estimado lector, anide su quimera, viva su momento lúdico y onírico, bebiendo su chocolate elija usted su dádiva, casita, adorno, personaje, animalito y el porqué. Recuerden que la vida es una utopía. (O)

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Elba Chunga de Borja, abogada, Guayaquil