Las recientes horas han sido de confirmaciones, en la política nacional. Como aquella repetitiva y cansona de mezclar desde el poder lo público con lo privado, cuando presidentes como el actual primero dice que va en viaje oficial a los Estados Unidos (lo que implica financiamiento estatal y agenda de país) y luego recula, corrige y dice que el viaje es privado y solventado por sí mismo, aunque igual su guardia que no lo puede abandonar recibe sueldo del erario nacional.
Se ha confirmado también que para un grupo importante de políticos es urgente reiterar esas ausencias, públicas y privadas, como tiempos vagos del mandatario por la ausencia de sus posaderas en el sillón de mando. Discutible, dado que ahora la tecnología ha desarrollado la virtuosa posibilidad de estar en el despacho, en cualquier despacho, desde cualquier sitio donde exista buen internet, cosa que sin duda podría ser fácilmente demostrable. A no ser que se confirmen las sospechas de que su visita a Emiratos Árabes tenía el propósito de asistir a la Fórmula 1 y el resto de la agenda giró en torno a eso, lo cual sería muy reprochable.
¿Más confirmaciones? Dos del correísmo, que ya desde fuera del poder hace rato, nos hacen recordar cómo se manejaban intestinalmente los asuntos de Estado y que esas sospechas eran absolutamente ciertas. La primera es de la prefecta del Guayas reuniéndose en Guayaquil con la de Cotopaxi, acérrima enemiga política del líder de la Revolución, quien salió a manifestar su rechazo a la confraternidad con las que ambas funcionarias se mostraron. El solo hecho de que apareciesen juntas y sonrientes con el río Guayas de fondo provocó varias vueltas de campana en el hígado del líder residente en Bélgica, quien, cual emperador romano, bajó el pulgar a la prefecta del Guayas ante una posible nueva candidatura. No se reparó ni por un momento en la trascendencia del tema que las unía: trabajar desde el origen, en las montañas, para evitar que se formen bancos de arena en el Guayas y así recuperar su navegabilidad. Confirmado el método RC: si te odio no hay obra, por importante que esta sea.
La segunda… ¡Otra vez la misma prefecta del Guayas! Diciendo en televisión que el país ha cambiado, que ya no es el que gobernó Correa y que es momento del diálogo. Hasta ahí había una confirmación importante: el correato cambió el diálogo por la imposición con el poder que le daban las urnas. Doble confirmación cuando vuelve a aparecer en Twitter el líder de esa tendencia dando ya la extremaunción a la prefecta, sus esperanzas de reelección y de seguir en el partido, por osar proponer diálogo, como si esta fuera una mala palabra. Y la consiguiente salida de ella tras su militancia de 18 años, que ha motivado incluso el pedido llegado desde Bélgica para que a los que no comulguen con los ideales del líder máximo, también “les vaya bonito” fuera de una RC5 que parece prepararse con furia para las elecciones seccionales del 2027, aunque no pudieron revalidar un supuesto triunfo con el no en la reciente consulta popular.
El pez por su boca muere, dice la sabiduría popular. Aquí varios casos surgidos de nuestra endeble democracia. (O)













