La victoria de Zohran Mamdani en las elecciones de la Alcaldía de Nueva York ha traído consigo una serie de reflexiones e interpretaciones no solo por el simbolismo de su perfil político, abiertamente socialista, antisemita y transgresor del sistema, sino también por las repercusiones hondas que podría tener en la proyección del Partido Demócrata y de un eventual viraje a una izquierda más radical. Entre las lecturas más simplistas para entender la victoria de Zohran Mamdani, está la que pregona que existe un creciente sentimiento antisemita en el elector joven de los Estados Unidos, mientras que otros atribuyen el resultado electoral a la distribución de la participación racial en las elecciones, con un número mayoritario de votantes no nacidos en la gran ciudad.
Más allá de reconocer los aciertos de la campaña electoral de Mamdani, hay que revisar los ofrecimientos que hizo el alcalde electo de Nueva York, con medidas aparentemente sencillas pero muy ligadas a las expectativas y problemáticas de los neoyorquinos en los actuales tiempos. Las promesas electorales siguen un hilo conductor que tiene que ver con el costo de la vida en la ciudad, habiendo diseñado ofrecimientos específicos entre las cuales sobresalen el congelamiento de los alquileres, la gratuidad de los autobuses, la universalidad de las guarderías, la creación de supermercados municipales sin fines de lucro, la elevación de impuestos a los más ricos y la reforma del modelo policial con el fin de poner un mayor interés en la salud mental y la atención comunitaria. Ahora bien, podría discutirse si es que las propuestas de Zohran Mamdani, más que un sentido socialista, tienen un simple carácter populista.
En todo caso y más allá de la posibilidad real que tendrá Mamdani de cumplir con sus promesas electorales, muchos auguran que será virtualmente imposible que las cumpla, la otra lección del reciente proceso electoral en Nueva York es la importancia del voto del electorado joven, segmento cuya fuerza electoral está teniendo un definitivo protagonismo en elecciones alrededor del mundo. En el caso de Zohran Mamdani logró el 62 % de los votos de los electores menores de 30 años, mientras que entre los electores de más de 65 años apenas obtuvo el 29 %; por supuesto, también pesa el componente racial, pero no hay duda de que la votación por segmentos de edad impacta de forma definitiva en el resultado final de las elecciones. En esa línea y reconociendo el apremio de la gente joven con la realidad económica, se argumenta que los votantes, “asfixiados por el precio de la vivienda y la falta de servicios asequibles, están dando forma a una nueva política centrada en la economía del día a día”.
Mamdani termina siendo el ejemplo más claro de la necesidad que tienen los políticos contemporáneos de conectarse con las necesidades que apremian al elector en su día a día. En ese contexto, hay que resaltar el éxito de su campaña electoral que le permitió llegar a un cargo que posiblemente no se hubiese imaginado nunca en su vida. ¿Viraje a la izquierda del electorado estadounidense, aproximación a un nuevo populismo o simplemente estar atento a lo que la gente quiere escuchar? (O)










