Es ampliamente conocido que Petroecuador viene atravesando una severa crisis técnica, económica y ética desde hace mucho tiempo, incluso hay voces que hablan de desaparecerla, lo que me parece una medida extrema y no aconsejable.
Todos los países productores petroleros del mundo tienen empresas estatales, muchas de ellas exitosas, que son el brazo ejecutor de la política petrolera del Estado, que lo hacen mano a mano con empresas privadas, y allí reside el más grande desafío, que es la falta de una política de petróleo y gas natural nacional a largo plazo.
Una vez que esta se formule, Petroecuador debe ser transformada en una empresa ejemplar y muy diferente a la actual, incluso con diferente nombre y cuyo objetivo fundamental debe ser maximizar los réditos financieros de sus operaciones, lo que agregaría enorme valor a la economía del país y a la ciudadanía. Para ello sería esencial emular a las mejores y más exitosas empresas estatales de su clase, como Petrobras de Brasil, Ecopetrol de Colombia, Equinor de Noruega, Petronas de Malasia, que deben su éxito principalmente a las siguientes razones:
1. Se las convirtió de empresas del Estado burocráticas en sociedades anónimas que están listadas en los mercados de valores como el de Nueva York y que les permite financiar su presupuesto sin depender del Estado. 2. Tienen su propio directorio, integrado en su mayoría por ejecutivos externos exitosos e independientes. 3. Atraen técnicos y ejecutivos de calidad a base de méritos y experiencia, comprobada, no por compromisos políticos o de amistad, y son compensados con remuneraciones competitivas con sus pares en el sector privado. 4. Tienen centros de investigación tecnológica para maximizar la producción y recobro de reservas de sus campos y de todas sus operaciones. 5. Existe estabilidad de sus ejecutivos a nivel del gerente general y de los gerentes de divisiones, en efecto, el presidente anterior de Ecopetrol duró ocho años en el cargo.
La nueva Petroecuador no deberá tener ventajas en la adquisición de nuevas áreas de exploración o nuevas oportunidades en general, sino competir en igualdad de condiciones con empresas privadas y eventualmente salir al extranjero en búsqueda de nuevas oportunidades para incrementar su producción, reservas y utilidades como lo hacen Ecopetrol, Petrobras y las otras empresas mencionadas.
La nueva empresa debe estar dispuesta a asociarse con cualquier empresa dentro y fuera del país que le complemente en sus áreas débiles y que reciba transferencia tecnológica y operativa en áreas que no tiene experticia, como el gas natural y offshore, por ejemplo.
La tarea de reinventar Petroecuador será titánica, tomará tiempo y contará con enorme oposición interna y externa de los que se benefician de su actual situación caótica
El presidente tiene actualmente el capital político y apoyo en la Asamblea para hacerlo. Una declaratoria de emergencia y la contratación de expertos internacionales independientes que lo acompañen en el proceso serán indispensables para enfrentar tan gigantesco desafío. Si lo hace será un gran legado que dejará al país al final de su mandato. (O)