La ropa es uno de los elementos más importantes de nuestra identidad. Mediante ella nos expresamos individualmente, a la vez nos identificamos colectivamente, y por ende nos diferenciamos de otros. Puede ser fuente de estigmas, discriminación o, al contrario, ser obras estéticas y de belleza deslumbrante. En la ropa, además, podemos observar los cambios que atraviesa una cultura.

La ropa kichwa se ha transformado, especialmente la de las mujeres. Con cambios sutiles en la forma de las blusas, bordados, cortes del anaco y nuevas posibilidades de materiales, nació un sector especializado de diseño y moda kichwa, con epicentros como Otavalo o Riobamba. Se ha complejizado su elaboración conceptual incorporando una dimensión estética y nuevas formas de representación de la identidad kichwa, lo que la ha llevado a pasarelas internacionales como el New York, Vancouver o Toronto Indigenous Fashion Week.

Kino Arcentales, diseñador de origen otavaleño, bajo el pseudónimo Yanamanta, y la marca Pacha Arts, ha presentado dos colecciones en estas pasarelas. Llaman la atención por la propuesta estética. Su última colección llamada Ishkay Ñan resume una parte del concepto del diseño que promueven. Samay Arcentales, hermana de Kino, relata la historia mindalae de su familia, que llevó a sus padres a establecerse en Toronto. Hoy a cargo del negocio familiar, describe a Pacha Arts como un lugar que desde el diseño busca hacer difusión cultural para educar a la gente sobre las culturas indígenas del sur y del norte del continente, además de la creación de puentes entre ellas. Sus colecciones materializan principios kichwas como la complementariedad. Kino, artífice de las colecciones Kawsanki e Ishkay Ñan, plantea conceptualmente la estética kichwa contemporánea, o “futurismo indígena”. En las prendas se recuperan líneas geométricas propias de las siluetas de las prendas tradicionales que son parte de la geometría de montañas y ríos de nuestro entorno, recupera el contraste de los colores claros y oscuros de las prendas kichwas, creando conjuntos de minimalismo, donde las líneas rectas y el contraste resaltan. La filosofía de estos jóvenes diseñadores y comerciantes recupera el sentido comunitario. Es un trabajo colaborativo de familiares, amigos y comunidad kichwa. En sus pasarelas demandan la presencia de modelos indígenas, consideran que la representación del cuerpo no solo debe ser simbólica, debe mostrar físicamente cómo nuestra existencia se reinventa en el tiempo.

La conceptualización de la moda kichwa que propone Pacha Arts es multifacética y multinivel. Sus dos colecciones representan los tres mundos del mundo andino. Por un lado producen prendas ready-to-wear, y al mismo tiempo incursionan en la “alta moda”; reconocen el movimiento cíclico del tiempo natural. Es un remix del tiempo pasado, presente y futuro, proyectándolo en espiral hacia adelante. Samay, resalta su intención de crear prendas kichwa para ser compartidas y usadas por todo el mundo.

Pacha Arts junto a Yanamanta y el equipo detrás es una muestra de las estrategias que poseemos para mover nuestra cultura en diversos espacios, se globaliza desde nuestras raíces, y se mantiene contemporánea. (O)