Bayer trae a Ecuador un tratamiento innovador para los ecuatorianos con hemofilia tipo A. Esta empresa cuenta con más de 160 años de trayectoria y más de cinco décadas de presencia en Ecuador. La hemofilia es una condición causada por la falta o deficiencia del factor VIII de coagulación sanguínea, lo que impide que la sangre coagule y provoca hemorragias prolongadas o espontáneas. De acuerdo con el Ministerio de Salud Pública, hasta 2024 se contabilizaron 832 ciudadanos con esta condición, de los cuales 596 tienen hemofilia A.

Actualmente, Bayer ha puesto a disposición del país un factor VIII recombinante para la hemofilia tipo A, tratamiento que ha pasado por diversos procesos de calidad y ha sido aprobado por agencias como la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos) de Estados Unidos, la EMA (Agencia Europea de Medicamentos) de la Unión Europea y la Arcsa (Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria). Esta nueva opción de terapia intravenosa ofrece una mejor calidad de vida y representa una alternativa innovadora para los ecuatorianos, quienes ya no dependerán únicamente del Factor VIII plasmático, tecnología que ha estado presente en el mercado nacional por varias décadas y que ha sido la única opción disponible.

La compañía se ha dedicado por más de 25 años a la investigación y el desarrollo de soluciones innovadoras para la hematología, manteniéndose a la vanguardia en terapias biotecnológicas que contribuyen a mejorar los resultados clínicos, y ha permitido descubrimientos como esta nueva terapia por vía intravenosa, la cual permite mejorar la calidad de vida de cientos de ecuatorianos que viven con esta condición.

Nuevas oportunidades terapéuticas en Ecuador

Esta sería una alternativa de tratamiento que permitiría reducir el número de infusiones (esto dependerá del criterio de cada caso y las indicaciones de su médico). Por lo cual, representa una mejor calidad de vida, reduce la carga de la enfermedad en una condición crónica y contribuye con las optimizaciones de los recursos de los sistemas de salud.

“Estos tratamientos pueden reducir la frecuencia de las hemorragias, permitir una mayor actividad física y disminuir la necesidad de infusiones frecuentes, lo que permite llevar una vida más activa y plena. El trabajo conjunto de profesionales de la salud, instituciones públicas y privadas, empresas farmacéuticas, entre otros actores, es fundamental para la calidad de vida y el bienestar de quienes viven con hemofilia”, afirmó Óscar Peñuela, líder del Área de Hematología del equipo médico de Bayer.

Seguridad en la intercambiabilidad de tratamientos

Si bien esto representa una nueva oportunidad de tratamiento, también hay quienes temen que en el traspaso de plasmático a recombinante puede existir el riesgo de generar inhibidores. No obstante, organizaciones científicas internacionales, como la Federación Mundial de Hemofilia, aclaran que los diferentes productos de factor VIII aprobados para la hemofilia A pueden utilizarse de manera intercambiable e, incluso, recomiendan que la elección de la infusión realizada por el hematólogo se fundamente en una evaluación individual, y en aquellos que ofrezcan una mejor protección frente a los sangrados.

“Cuando una terapia está respaldada por evidencia robusta, uso clínico internacional y aprobaciones regulatorias de alto nivel, se convierte en una herramienta valiosa para mejorar la calidad de vida de las personas con hemofilia. Nuestro compromiso es que Ecuador cuente con soluciones seguras, confiables y basadas en ciencia que realmente marquen una diferencia”, agregó Peñuela.

Complicaciones en la disponibilidad del producto

A pesar de la existencia de estas facilidades médicas, en Ecuador se han presentado complicaciones judiciales que dificultan el acceso a esta terapia y a otros medicamentos con nueva tecnología para la hemofilia tipo A. Los médicos, que cuentan con el conocimiento y la autoridad para prescribir este y otros tratamientos, se ven limitados en sus opciones terapéuticas debido a estas medidas judiciales, las cuales restringen el “poder de elección” de las personas con hemofilia a una única terapia disponible en el mercado.