Rafael Nadal se retiró del tenis profesional en noviembre pasado jugando con España en la Copa Davis en Málaga.
Casi un año después de su retirada, la leyenda del tenis se enfrenta a un desafío muy distinto:descubrir cómo se vive sin la presión de la competición.
El hombre que pasó dos décadas viviendo al ritmo de torneos, entrenamientos y victorias, hoy se enfrenta a la adaptación a una vida más pausada.
Publicidad
Fueron más de 20 años de carrera en la élite, por lo que la adaptación no ha sido fácil: “Es un poco difícil decidir cuál es el día a día, porque no hay una rutina como había antes. Antes me levantaba con despertador. Ahora tengo un niño que me despierta a las siete, más o menos”, dijo en una entrevista en el pódcast NDL Pro-Health.
“Estoy haciendo gimnasio tres veces a la semana. Cardio, fuerza y rutinas básicas de cuando jugaba para proteger las rodillas y los hombros. Si lo dejo para última hora, siempre hay excusas. Prefiero empezar el día sabiendo que ya he cumplido”, añadió.
Y continuó: “Levantarme sin tener algo que hacer no me funciona. Necesito objetivos. Esforzarme es lo que me da la felicidad”. (D)