Estamos a punto de encender un “sol” en la Tierra: el proyecto más grande de la historia del planeta entra en su fase final

En el sur de Francia , un grupo de ingenieros está soldando las piezas de lo que podría convertirse en el corazón energético del futuro. El proyecto ITER, una colaboración entre 35 países, acaba de entrar en su fase más delicada, la de ensamblar el núcleo de su reactor de fusión. Westinghouse, junto a socios italianos, lidera esta etapa con una precisión milimétrica. El objetivo es construir una cámara capaz de contener plasma a 150 millones de grados Celsius, más caliente que el centro del sol. Si todo encaja como debe, la ciencia estará un paso más cerca de encender un “sol” en la Tierra, recoge el portal Cee4Life. ITER no es solo ciencia, es logística global. Imanes de Japón, sistemas de enfriamiento de Estados Unidos, bobinas rusas y suministros chinos convergen en Cadarache, donde se ensamblan como piezas de un rompecabezas industrial. Europa ha construido casi la mitad de los componentes, mientras que Estados Unidos aportó el imán central, considerado el “latido” del reactor. El nivel de cooperación supera incluso al del Gran Colisionador de Hadrones, y demuestra que cuando se trata de desafíos planetarios, la competencia puede dar paso a la colaboración.Aunque ITER no generará electricidad directamente, su meta es demostrar que la fusión puede producir diez veces más energía de la que consume. Si lo logra, abrirá el camino a otros proyectos como DEMO, que sí podrían alimentar ciudades. La fusión no deja residuos peligrosos ni riesgo de colapso, y su combustible es abundante en los océanos. A pesar de los retrasos, el avance es real. ITER no es solo una máquina, es una promesa de energía limpia y una muestra de lo que el mundo puede construir cuando trabaja unido. (I)

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