La guerra por las baterías más eficientes y económicas apenas comienza. Una startup californiana logró hacer realidad lo que parecía una promesa del pasado: crear baterías para vehículos eléctricos usando sodio y hierro en lugar del costoso litio.

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La compañía Inlyte, fundada por el investigador Antonio Baclig tras sus estudios en Stanford, acaba de cerrar una alianza con Horien Salt Battery Solutions para comenzar la producción masiva en Estados Unidos.

La empresa planea inaugurar su primera fábrica en 2027, después de haber validado la tecnología en una planta piloto británica donde adquirió tanto equipos como instalaciones de la pionera Beta Research, que intentó desarrollar esta misma propuesta en los años 70, refiere Motor pasión.

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El litio se utiliza como un elemento energético, en almacenamiento de energía en la fabricación de baterías. Foto: Pexels

¿Por qué las baterías de sodio son mejores?

Los números hablan por sí solos. Mientras las baterías de litio cuestan alrededor de 139 dólares por kilovatio hora, estas nuevas celdas de sodio-hierro podrían fabricarse por apenas 35 dólares.

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Pero el precio no es su única ventaja, almacenan energía durante 6 a 24 horas comparado con las cuatro horas típicas del litio, pueden superar 7 mil ciclos de carga sin perder capacidad (equivalente a 20 años de uso) y funcionan sin problemas en temperaturas extremas.

Lo más llamativo es su seguridad porque presentan riesgo prácticamente nulo de incendio, un problema recurrente con las químicas actuales.

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China, líder en la producción de baterías de litio, ahora está liderando la fabricación de baterías de sal (iones de sodio). Getty Images Foto: BBC Mundo

No obstante, su principal obstáculo sigue siendo la densidad energética. Las baterías de sodio-hierro ocupan más espacio y pesan más para almacenar la misma cantidad de energía que una de litio, lo cual reduce la autonomía de los vehículos eléctricos.

Sin embargo, esta limitación no las descarta del mercado, podrían encontrar su nicho en aplicaciones de almacenamiento estacionario, vehículos comerciales urbanos o cualquier contexto donde la seguridad y durabilidad importen más que la autonomía máxima.

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Mientras el litio mantiene su reinado, ya tiene competencia seria esperando para entrar en la guerra.

(I)

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