Moradores y dueños de locales de comida en el centro de Guayaquil ya planeaban cómo abastecerse de agua ante el corte de 14 horas previsto para este domingo, 9 de noviembre.

“Vamos a llenar ollas, bandejas, tachos y lo que sea para tener agua”, dijo Paula Valdez, propietaria de un local de desayunos y almuerzos en la avenida 6 de Marzo.

En eso coincidió Rosita Armendaño, dueña de un local de la tradicional chicha resbaladera, quien comentó en la mañana que tenía planeado abastecerse en “tanquecitos y llenando la cisterna”.

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Piedad Cerna, moradora de la calle Joaquín de Gallegos Lara, expuso que “ya estaba preparada con un tanque de agua lleno”.

“Aquí no hay cisterna y eso nos obliga a llenar baldes, envases, cualquier cosa en la que uno pueda abastecerse y poder laborar”, señaló Tania Vega, dueña de una despensa con horario de 07:00 a 22:00.

Sin embargo, estos esfuerzos y preparativos fueron en vano, porque la misma mañana de este viernes, a través de un comunicado en redes sociales, Celec EP-Transelectric indicó que no tiene previsto por el momento realizar trabajos en la subestación Pascuales.

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Poco después, Interagua, que el jueves anunció el programa de cortes de agua debido a que la planta La Toma se quedaría sin suministro, tuvo que anunciar que se suspendía la medida.

La concesionaria publicó el oficio de CNEL en el que se anticipaban los trabajos en la subestación eléctrica y en el que se sustentó Interagua para programar la suspensión del servicio del domingo.

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El anuncio dejó una sensación de emociones encontradas entre la ciudadanía. Se alegraba de que podrá contar con el servicio de agua potable durante el domingo, pero, a su vez, exigía a las autoridades una mejor comunicación.

“El agua uno la necesita a diario, y si nos dicen que la van a cortar, se piensa en cerrar el negocio, pero si al rato vemos que sí hay, eso ya resulta una molestia”, manifestó Ruth Quiñónez, otra propietaria de un local de almuerzos en la calle Gallegos Lara.

Ruth afirmó que las autoridades “tienen que estar seguras de lo que comunican”, porque, de lo contrario, perjudican a la ciudadanía.

A este pensar se sumaron Erick Sánchez y María Moreno, trabajadores de un local de comida en la misma calle.

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Ambos coincidieron en que el anuncio era una buena noticia por las preocupaciones que habría representado el corte. Erick comentó que, pese a contar con una cisterna, se habría visto obligado a llenar con agua las ollas del local. “Enhorabuena que no se va”, apuntó.

María, por su parte, reclamó que la comunicación con el ciudadano debe ser más efectiva, porque “juegan con la incertidumbre de la gente”. “Uno piensa que no va a haber agua y empieza el alboroto”, agregó.

El corte iba a afectar entre 12 y 14 horas al norte, centro y sur de Guayaquil; además, a los cantones Nobol, Durán, Daule (La Aurora), Samborondón (provistos por Amagua) y la vía a la costa. (I)