El barrio Garay volvió a convertirse en escenario de celebración con el tradicional desfile navideño estudiantil, una iniciativa que, lejos de perder fuerza, ha crecido con los años.

Las delegaciones avanzaron desde la 10 de Agosto y la 11 entre melodías navideñas y villancicos tradicionales interpretados por sus bandas musicales.

A lo largo del recorrido, los vecinos del barrio Garay siguieron el desfile. Muchos de ellos se asomaron desde balcones y ventanas, mientras que otros salieron a las veredas para observar el paso de los estudiantes.

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Aunque varias instituciones mantuvieron sus uniformes escolares formales, otras optaron por vestimentas en tonos rojo, verde y blanco, además de gorros y detalles alusivos a la Navidad, aportando color y alegría al desfile.

Javier Zurita Ramírez, presidente del comité promejoras del barrio Garay y organizador del evento, explicó que esta edición marca catorce años de trabajo comunitario continuo.

“Esta idea nació hace quince años entre un grupo de amigos que queríamos darle armonía e integración al sector. Algunos de ellos, como Luis Vaca Valencia y Rafael López, ya no están con nosotros, pero su legado sigue vivo en este desfile”, recordó durante el evento.

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En esta ocasión participaron más de 40 instituciones educativas, con una asistencia que superó los 3.000 participantes, entre niños, jóvenes estudiantes y representantes de los planteles.

A esa cifra se sumaron colegios provenientes de Durán, lo que evidencia el alcance que ha tomado la actividad.

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Zurita destacó que, pese a la falta de recursos económicos, el desfile se sostiene gracias al compromiso comunitario.

“Lo hacemos con el convencimiento de que sí se puede. Además, aprovechamos para hacer un llamado a las autoridades para que atiendan las necesidades del barrio Garay y nos acompañen en los agasajos navideños para los niños”, señaló.

El mensaje central, insistió, es promover una Navidad en paz y demostrar que la comunidad puede reunirse para hacer cosas positivas, aun en tiempos difíciles.

Desde las instituciones educativas, la participación fue asumida como un espacio formativo y de expresión.

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Mónica Jaramillo, docente y encargada de la delegación de la unidad educativa Gloria Gorelik, explicó que 64 alumnos integraron su delegación entre bastoneras, banda de paz y grupo de danza.

El desfile navideño del barrio Garay celebra catorce años de unión comunitaria con 3.000 estudiantes. Foto: Carlos Barros

“Queremos transmitir que, pese a las dificultades, debemos aprender a compartir amor y paz. Los chicos entregan su tiempo y su esfuerzo para alegrar a la ciudadanía”, manifestó.

Una visión similar compartió Santiago Páez, vicerrector del Liceo Libanés, que acudió con 108 estudiantes distribuidos en tres pelotones.

“Ver a todas las instituciones juntas nos llena de alegría y unión. Los estudiantes se esforzaron mucho, incluso decoraron sus instrumentos porque disfrutan la Navidad”, comentó, resaltando la perseverancia como valor principal.

La experiencia también se vivió desde lo personal. Miriam Torres acompañó a su hija durante el recorrido y describió el desfile como “bonito y emotivo”, aunque exigente.

“Como madre, una se cansa, pero si ellos son felices, aquí estamos para apoyarlos. Estos momentos se sienten en el corazón”, dijo y extendió sus deseos de salud, paz y armonía para las familias de la urbe.

Entre los estudiantes, la emoción era evidente. Jeremy, de la unidad educativa Pastor Clemente Rivera Briones, participó tocando la lira con villancicos tradicionales.

“Me siento un poco nervioso, pero feliz de estar aquí con mis compañeros”, expresó.

Su madre, Rudy Morán, valoró el impacto de estas actividades. “Los ayuda a mantenerse alejados de vicios, desarrollan habilidades y disciplina. La música les aporta mucho”, dijo.

La presencia de delegaciones de Durán marcó un punto especial. Danny Cruz, docente de la unidad educativa América del Sur, indicó que asistieron con unos 90 estudiantes.

“Nuestro mensaje es que los jóvenes pueden encontrar caminos positivos frente a los problemas de seguridad”, afirmó.

Lucía Santana, representante de la unidad educativa Giovanni Antonio Farina, resaltó el simbolismo del evento.

“Es una preparación para la Navidad, una fiesta universal que se anuncia con música y unión”, concluyó.

Así, entre bandas, danzas y villancicos, el desfile le dio la bienvenida a la Navidad.

Los habitantes del tradicional barrio se instalaron en aceras para acompañar el recorrido, que se extendió por varias cuadras, en medio de una mañana que estuvo marcada por un intenso sol. (I)