Más que amigos, son hermanos. Jia Wenqi y Jia Haixia se conocen desde la infancia. Hoy, cuando ambos superan los sesenta años son un ejemplo de amistad inquebrantable, de equipo y de que la discapacidad no es, en todos los casos, sinónimo de barrera. Son los dos hombres detrás de un hermoso proyecto de siembra de árboles.
“Cuando trabajamos juntos, no nos sentimos incapacitados en absoluto”, afirma Haixia.
Pero, ¿por qué lo dice?
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Los dos amigos, que transformaron el entorno de su aldea de Yeli, al noreste de China, hicieron una promesa. Cumplirla ha sido el hilo invisible de esta amistad.
Haixia nació hace 64 años. Tenía visión solo en un ojo, pero la perdió completamente en un accidente laboral en el 2000, narran en Clarín.
Mientras que Wenqi perdió ambos brazos a raíz de una descarga eléctrica. Tenía tan solo 3 años. De ese episodio tan doloroso hace ya sesenta años.
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En el 2002 llegó la propuesta de plantar árboles.
con la esperanza de recuperar el paisaje natural contaminado que rodeaba la aldea. Wenqi fue quien propuso la idea a Haixia y la aceptó.
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Por ese trabajo reciben una ayuda económica del gobierno local.
Promesa y hermandad
En ese momento nació la promesa: “Tú serás mis brazos, yo seré tus ojos”.
A la fecha ya llevan más de 10.000 árboles plantados.
¿Cómo trabajan? Los años han ayudado a consolidar la práctica.
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El hombre ciego “carga las herramientas y planta los árboles siguiendo las instrucciones de Wenqi”.
Jia Haixia, ciego tras un accidente laboral, y Jia Wenqi, sin brazos desde los tres años, decidieron en 2002 transformar un terreno árido en China. Unidos por la amistad y la necesidad, comenzaron a plantar árboles para recuperar el ecosistema local.
— Rodrigo Vázquez (@rodvaN) August 8, 2025
Haixia guiaba el trabajo con… pic.twitter.com/GgTxenQqTf
Wenqi es el que “guía los pasos de su amigo y elige los mejores lugares para sembrar. Cuando Haixia se agacha para trabajar la tierra, Wenqi sostiene la pala apoyada en su hombro”.
La escena es aleccionadora. De solo imaginarla, conmueve, enseña, impacta.
“Cuando trabajamos juntos, no nos sentimos incapacitados en absoluto. Somos un equipo”. No hay argumento que pueda con esa gran verdad.
Cuando tienen que cruzar un río, Haixia se sube al amigo su espalda. Y si hace falta trepar para cortar ramas, Wenqi carga a Haixia sobre los hombros, describen en Clarín.
Jia Haixia, ciego y Jia Wenqi, manco, han estado 10 años plantando árboles en el pueblo de Yeli, al noreste de China. Han revivido el entorno yermo con más de 10.000 árboles pic.twitter.com/iPRwCrrpWr
— Christian Sellés (@chselles) June 3, 2020
Su ejemplo de amistad y perseverancia deja no solo a su aldea, sino al mundo, más de 10.000 árboles plantados a lo largo de dos décadas.
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Ellos consideran que cada árbol “es un purificador de aire”. Además, saben que protegen su aldea. Este par de viejos amigos ha dado “vida” a miles y miles de “soldados verdes”.
Esta es una hermandad de raíces fuertes. Y su discapacidad no fue barrera. Fue motor e inspiración. (I)