Esta semana que termina ha estado signada más por el infortunio que por la felicidad. Amigos muy queridos partieron hacia el infinito, dejándonos el recuerdo de su nobleza y su lealtad. Johnny Ramírez, arquitecto y apasionado de la historia de Guayaquil, luchó valientemente contra una cruel enfermedad, pero no pudo resistir. Casi simultáneamente nos llegó la noticia del deceso de Carlos Paredes, zaguero central del Patria, bicampeón de 1958 y 1959 y seleccionado nacional en la eliminatoria para la Copa del Mundo 1962, y la de Roberto Valdiviezo, campeón con Emelec en 1964 y 1965, y nuestro compañero en las bellas tardes de Flushing Meadow.