La Mostra de Venecia fue el escenario elegido para el estreno de Marc by Sofia, el primer documental de la directora Sofia Coppola, una obra íntima que retrata al diseñador Marc Jacobs desde una mirada cercana, artística y profundamente personal.

Presentada fuera de competición, la película fue recibida con expectativa, tanto por el peso de su protagonista como por el inusual acercamiento de Coppola a un género que hasta ahora no había explorado.

El documental surge de una amistad que lleva más de tres décadas, y que, como reconoció el propio Jacobs en la alfombra roja, se siente como algo más que una colaboración: “Por muy cursi que suene, siento que esto fue una hermosa carta de amor, para mí, mi trabajo y nuestra amistad”, declaró el diseñador.

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Un retrato no intrusivo de un ícono de la moda

Coppola, conocida por películas como Lost in Translation y Marie Antoinette, construye en Marc by Sofia un retrato pausado y afectuoso de Marc Jacobs, alejado de la lógica del marketing o de la exposición superficial.

Como explicó la cineasta a la prensa antes del estreno, su intención no fue crear un producto comercial, sino algo pequeño y sincero: “Quería que fuese personal pero no intrusivo”, dijo, y agregó que la obra surgió como si se tratara de “una película casera”.

El documental sigue a Jacobs mientras se prepara para su desfile en la Semana de la Moda de Nueva York en la primavera de 2024. Esa colección, que marcó el 40.º aniversario del diseñador, fue una puesta en escena teatral con mobiliario sobredimensionado y modelos que desfilaban en un espacio convertido en instalación artística. El proceso creativo detrás de este evento es el hilo conductor de la película, que se entrelaza con imágenes de archivo, entrevistas, referencias culturales y momentos cotidianos compartidos entre Coppola y Jacobs.

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A diferencia de los documentales convencionales sobre moda, Marc by Sofia no sigue una narrativa lineal. En palabras del propio Jacobs, él no trabaja de manera cronológica porque se interesa por demasiadas cosas a la vez, y el documental refleja precisamente eso: una estructura en forma de collage, construida a través de secuencias, fragmentos visuales y musicales, que funcionan como un mood board en movimiento.

Desde sus primeros años como estudiante en Parsons, donde fue nombrado Diseñador del Año, pasando por su polémica colección grunge en Perry Ellis, hasta su influyente etapa como director creativo de Louis Vuitton entre 1997 y 2014, el documental no hace una revisión exhaustiva de su carrera, pero sí ofrece destellos clave que definen su legado. Clips de sus desfiles, referencias al cine clásico de Hollywood y recuerdos personales forman parte de esta mirada compleja, que combina lo íntimo con lo espectacular.

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Aunque el documental no pretende analizar a fondo su vida personal ni su papel empresarial, sí lo muestra en su elemento más puro: la creación. La cámara lo acompaña mientras selecciona telas, ajusta proporciones y perfila la puesta en escena de sus colecciones. (E)