Hay películas que no envejecen. Que pasan los años y siguen incomodando, atrapando, poniendo nervioso al espectador. Mujer soltera busca (Single White Female) es una de esas. De las que empiezas “solo un ratito” y cuando te das cuenta ya estás totalmente metido en la historia, mirando de reojo a la pantalla.
Estrenada en 1992, este thriller psicológico se convirtió en todo un fenómeno de los años 90. Y no es para menos.
La historia arranca de forma muy cotidiana. Allison Jones, una joven diseñadora de software que vive en Nueva York, acaba de pasar por una ruptura y decide buscar compañera de piso. Publica un anuncio. Nada fuera de lo normal. Al poco tiempo aparece Hedra Carlson: callada, correcta, aparentemente inofensiva. Pues bien, ahí empieza todo.
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Lo que al inicio parece una convivencia tranquila va tomando un rumbo inquietante. Pequeños gestos, miradas raras, silencios incómodos. La relación se vuelve densa, asfixiante, hasta cruzar una línea peligrosa donde la obsesión y la pérdida de identidad se apoderan de la historia. Sin exagerar: hay escenas que todavía ponen la piel de gallina.
El reparto es uno de sus grandes aciertos. Bridget Fonda interpreta a Allison con naturalidad y vulnerabilidad, mientras que Jennifer Jason Leigh (Hedra) se roba la película con un personaje perturbador, intenso, imposible de olvidar. De esos que se te quedan rondando la cabeza después de que aparecen los créditos. Completa el elenco Steven Weber, en un papel clave para el desarrollo del conflicto.
Otro punto fuerte es el escenario. La película fue filmada principalmente en Nueva York, sobre todo en Manhattan, y eso se nota. Apartamentos estrechos, pasillos largos, puertas que se cierran. Espacios que refuerzan esa sensación de encierro, de no poder escapar. La ciudad, más que un fondo, se convierte en parte del suspenso.
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¿Por qué verla? Porque sigue funcionando. Porque habla de soledad, de dependencia emocional, de límites que se cruzan sin darte cuenta. Y porque demuestra que no hacen falta efectos especiales ni giros imposibles para generar tensión. A veces basta una mirada o un silencio demasiado largo.
Ideal para este fin de semana: luces bajas, sofá cómodo y cero distracciones. Eso sí, después de verla, quizá mires con otros ojos a los anuncios de “se busca roommate”. (E)
























