Con la inauguración de festivales gastronómicos por las fiestas de fundación de Guayaquil, encontramos que siempre hay espacio y merecido antojo para bebidas tradicionales de nuestra ciudad. En honor a la verdad, nos apetece tomarlas en cualquier momento del año y no solo en julio.
Chicha resbaladera
Para empezar está la infaltable chicha resbaladera. Se trata de un agua de arroz que ha perdido almidón (por las lavadas) y se mezcla con una infusión de leche con azúcar y especias, como vainilla, canela y clavo de olor.
Por definición, no es una chicha, aclara Santiago Granda, director del Tecnológico La Escuela de los Chefs. “La chicha es un fermentado de yuca o de maíz, muy de la Sierra y la Amazonía”, ilustra el chef. Es como tomar kombucha, ejemplifica. En cambio la resbaladera no experimenta un proceso de fermentación. Pero Granda defiende su nombre completo, chicha resbaladera, si así se prefiere llamarla por tradición.
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A criterio del educador, la bebida parece tener origen en una preparación española muy similar. “El arroz en el Ecuador no es un producto milenario. En realidad se come desde hace unos 150 años, más o menos. El arroz primero vino de la colonia. Para que lleguemos nosotros a mezclarlo con la leche, alguien tuvo que habernos enseñado esa mezcla. Y en España hay una bebida casi idéntica: la horchata”.
Dependiendo de la receta, algunos encontraran más o menos espeso este brebaje. Mientras más hielo tenga, sin duda es más refrescante. Granda recuerda que la resbaladera solía ser muy popular hasta mediados del siglo XX, como una receta muy hogareña, donde incluso solía servirse con una bola de helado (como un postre más bien y quedaba como una especie de malteada).
La bebida recuperó su fama hace una década, agrega, gracias al proyecto de huecas tradicionales orquestado por el Municipio de Guayaquil. “Entonces solo existían tres lugares, por el centro y sur de la ciudad, que vendían resbaladera, incluyendo el restaurante La Canoa (del extinto Hotel Continental)”, cuenta.
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Ahora es más común encontrarla. Entre los sitios preferidos para tomar esta bebida están La Tradicional (6 de Marzo y Gómez Rendón), La Parada (García Moreno entre Luque y Aguirre) y El Garito (6 de Marzo y Maldonado).
Ensalada de frutas (o come y bebe)
Este es un postre que también se puede beber, según la consistencia de su preparación. Granda asegura que en la Sierra la ensalada de frutas es más sólida; en la Costa tiene más jugo, por eso es más conocido como come y bebe.
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Come y bebe también se le conoce a una receta muy tropical que se elabora con el jugo y pulpa de la badea, piña, papaya, guineo, naranja y sus jugos, aporta Rodolfo Pérez Pimentel en una reseña en su página web. De acuerdo con el historiador, décadas atrás la receta contenía además vino tinto cabernet y se preparaba para acompañar sánduches de chorizo o de chancho hornado. Una combinación ganadora para un domingo por la tarde (nunca en la noche).
Refresco de avena con frutas
El consumo de avena en nuestro país está estrechamente ligado al surgimiento de Industrial Molinera, que trajo la marca Quaker al país en la década de 1960. “Es un alimento barato, nutriente, rico en vitaminas. ¿Cómo le enseñaban a alguien a consumir esto? La mejor manera era hacerlo con una bebida", recuerda Granda.
Así nació el refresco de avena que se puede encontrar en cualquier comedor de desayunos y almuerzos. Consiste en remojar el cereal, luego cocinarlo y mezclarlo con jugo de maracuyá o de naranjilla, que es la fruta típica de esta elaboración.
“En esa época no se tomaba mayormente colas. Entonces la avena se convirtió en la bebida de la mesa de las familias. Por barata, nutritiva y llenaba”.
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Jugo de coco
Caminar por el centro de la urbe, en la mañana o en las horas alrededor del mediodía, abrazado por la humedad urbana y altas temperaturas, tiene su recompensa si uno se topa con un vendedor ambulante de jugos de coco.
El agua de coco de por sí tiene propiedades hidratantes, con gran riqueza en electrolitos como potasio, sodio y magnesio. Con un precio incomparable: $1 o $1,50 por coco, del tipo verde, que es el que se vende en nuestro territorio. De acuerdo con un reporte de El Universo, son productos codiciados cuando sube la temperatura.
Esta fruta es el regalo que sigue dando. La pulpa, al rallarse, se convierte en el poderoso jugo de coco, más dulce pero igual de refrescante. Granda recomienda no mezclarlo con leche de vaca.
Granizados o raspados
Debilidad de grandes y chicos: el granizado, raspado, prensado. Como le quieran decir. Es un carnaval en un vasito con hielo, gracias a sus sabores de rosa, menta, tamarindo. Literalmente se pueden encontrar en cualquier esquina y en estas fiestas patronales indudablemente será el protagonista de desfiles, pregones y toda actividad al aire libre.
El prensado es el resultado de raspar mediante un aparato manual (el famoso raspahielo) un trozo grande de hielo y compactarlo en un molde, especialmente un vaso, y rociarlo con la espesa miel de los sabores mencionados. Y, encima, deliciosamente decorado con leche condensada, aunque sería una adición más cercana a la actualidad. Esta tradición tiene un siglo en la ciudad. (E)