Tres escritores con discapacidad que conmovieron con sus libros: desde una persona que escribía con el pie izquierdo hasta una autora que escuchaba con las vibraciones

“La falta de un sentido no tiene por qué entorpecer las facultades mentales de una persona, ni distorsionar su visión del mundo”, expresa Helen Keller (1880-1968) en su libro El mundo en el que vivo, en el que sumerge a los lectores a su universo de vibraciones, tacto y sensaciones. Pues la autora estadounidense, a los 19 meses de nacida, sufrió una desconocida fiebre que le provocó la pérdida total de la visión y la audición.Este libro de 160 páginas es una especie de diario personal, en el que una persona habla abiertamente de su discapacidad con tanta empatía, simpatía, sensibilidad y hasta con un genuino humor. Atrás deja el componente dramático o de dolor, para enseñar a cada lector el valor que tiene cada uno de los sentidos: olfato, vista, tacto, oído y gusto.Introducirse en el mundo de Helen es empezar a reconocer que la verdadera belleza de la vida se encuentra en los más pequeños detalles, que muchas veces pasan desapercibidos. Ya lo dice la escritora: “Hay personas con una vista perfecta que son ciegas con respecto a sus percepciones, y otras con un oído perfecto que son emocionalmente sordas”.A los 10 años Helen ya leía la escritura braille y se comunicaba con el alfabeto de los mudos, gracias a su educadora particular Anne Sullivan, quien la ayudó con la transcripción de sus libros. Fue autora de otras obras, como My religion, La historia de mi vida, Fuera de la oscuridad, Maestra .Ella podía sentir la vibración de las palabras habladas, colocando los dedos en la garganta, rostro y labios de otras personas. Su dominio del habla mereció el calificativo de “la proeza más grande que registra la historia de la educación”.La ceguera de Nuria del Saz no ha sido impedimento en su amor por la lectura. Pese a su discapacidad física, es autora de cuatro poemarios: Aires de Andalucía, Matronalia, Paraíso íntimo y Alma atrapada , y la novela A ciegas en Manhattan. “Como autora ciega seguro que escribiré desde una posición distinta. Distinta y a la vez normal, porque las personas ciegas vivimos la vida desde una normalidad que es la nuestra” , declaró en una entrevista para un portal de su país.En su novela A ciegas en Manhattan, cuenta con un ligero sentido del humor su experiencia en el estado de Nueva Jersey para profundizar en el idioma del inglés. Recoge las costumbres, los sabores, los olores y la cotidianidad de esta zona de Estados Unidos.Nuria es una escritora y periodista española, a los 11 años empezó a perder la vista y dos años después quedó completamente ciega. Es la primera presentadora ciega de informativos en la televisión, a nivel mundial. También tiene un pódcast llamado Como lo veo, en el que hace reflexiones sobre la discapacidad.El irlandés Christy Brown nació con una severa parálisis cerebral que lo dejó inmovilizado en casi todo el cuerpo. Su amor por el arte nació gracias a una asistente social llamada Katrina Delahunt, quien lo visitaba con libros y materiales de pinturas. Esto despertó en él una posibilidad para su vida y empezó a escribir con la única extremidad que tenía movilidad: el pie izquierdo.Con el pasar del tiempo, y con ayuda de su madre, se convirtió en poeta, escritor y pintor. Fue así como publicó su libro Mi pie izquierdo , un relato autobiográfico sobre su lucha diaria. Esta novela fue adaptada al cine.Su segunda obra, Down, todos los días, se convirtió en un best seller internacional, siendo publicado en más de catorce idiomas. También fue autor de otras novelas, como Una sombra en verano, Salvajemente crecen los lirios y Una prometedora carrera. (I)

Tres escritores con discapacidad que conmovieron con sus libros: desde una persona que escribía con el pie izquierdo hasta una autora que escuchaba con las vibraciones

Helen Keller

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