¿Sabías que en Navidad hay un elfo que llega antes que Papa Noél? Tal vez lo has visto en videos o en fotos familiares, un pequeño elfo aparece en casa los primeros días de diciembre, deja una carta y empieza a moverse de un lugar a otro cada mañana. Para muchos niños, ese gesto es el inicio real de la espera navideña. Para los adultos, suele ser una tradición que se descubre casi por casualidad y despierta curiosidad inmediata.

Aunque ahora empieza a verse con más frecuencia en hogares ecuatorianos, esta costumbre no es reciente ni nació aquí. Su historia arranca en el norte del continente.

@alondrasanchez001 Día 2 .. alguien no va a supportar corran a ver mis historias de facebook les dejo todo el show - alondrix001 #alondrix #mom #fyp #elf #elfontheshelf ♬ ¿Qué Se Te Quitó? - Fuerza Regida

La tradición del elfo navideño, tal como se conoce hoy, nació en Estados Unidos en 2005. Ese año se publicó el libro infantil The Elf on the Shelf: A Christmas Tradition, escrito por Carol Aebersold junto con su hija Chanda Bell. El relato cuenta que Santa Claus envía pequeños elfos desde el Polo Norte a las casas durante diciembre para acompañar a los niños antes de Navidad.

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El libro vino acompañado de una figura de tela. Ese detalle cambió todo. La historia dejó de quedarse en las páginas y empezó a vivirse en casa. El elfo aparecía cada mañana en un lugar distinto, como si hubiera salido durante la noche y regresado antes del amanecer. Así, diciembre empezó a tener una pequeña sorpresa diaria.

Con los años, la tradición se volvió común en Estados Unidos y se expandió a países como Canadá, Reino Unido, Irlanda y Australia. Más adelante, las redes sociales ayudaron a que llegara a otros lugares. Videos caseros, cartas escritas a mano y escenas simples hicieron que muchas familias la adaptaran a su propio estilo.

En Ecuador, figuras públicas como la presentadora Gaby Díaz lo han adoptado en sus hogares. Así como la presentadora y reportera Silvana Torres.

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En qué consiste y cómo aplicarlo en casa

La dinámica es sencilla. El elfo llega durante los primeros días de diciembre y se presenta mediante una carta dirigida a los niños. En ese mensaje se explica quién es y por qué estará en casa hasta Navidad. A partir de ahí, el muñeco se coloca en un lugar visible y cambia de sitio cada mañana.

No hay reglas fijas. Algunas familias optan por dejarlo quieto, otras lo mueven de forma discreta. En ciertos hogares el elfo deja mensajes breves, en otros solo aparece en distintos espacios. Lo común es que se despida antes del 24 de diciembre, cerrando así el ritual.

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No hace falta invertir mucho dinero. La tradición funciona como un pequeño relato que acompaña el mes y convierte los días previos a Navidad en una cuenta regresiva que los niños esperan cada mañana. (E)