La conversación global que dejó la final del Miss Universo 2025 no terminó con la coronación de Fátima Bosch. Entre renuncias, comunicados y dudas sobre el proceso, una de las voces que decidieron intervenir fue la de Nadia Mejía. La representante ecuatoriana publicó un mensaje dirigido tanto a sus compañeras como a los países que suelen enfrentar barreras estructurales dentro y fuera de la competencia.
En su reflexión, Mejía señaló que muchos comentarios en redes se centraron en cifras, seguidores e interacción, algo que distorsiona lo que representa realmente un certamen de este tipo. “Tu valor, tu propósito y tu éxito no se definen por la cantidad de seguidores que tienes en Instagram”, escribió. Para ella, la valía de una candidata se reconoce en el impacto humano: “Nadie te recordará por el número que aparece en tu perfil; te recordarán por cómo los hiciste sentir”.
Su publicación también incluyó un mensaje directo para las delegadas de países pequeños o con pasaportes poco potentes, un tema que ha tomado fuerza desde las declaraciones de Raúl Rocha hacia la candidata de Costa de Marfil, Olivia Yacé. “A cada nación pasada por alto… nunca dejen de soñar en grande”, expresó. Añadió que ninguna candidata debería minimizar su alcance por factores externos: “Nunca permitas que nadie limite la grandeza que Dios puso dentro de ti”.
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Mejía sostuvo que, más allá del resultado, la competencia le dejó una convicción clara: la identidad y la autenticidad no deben negociarse. Cerró su mensaje con una declaración de fe y persistencia: “Somos suficientes. Siempre lo hemos sido y siempre lo seremos. Mantén tus ojos en Dios y sigue adelante con fe, valentía y propósito”. (E)





















