Una tos persistente, respiración agitada o decaimiento pueden parecer síntomas menores. Pero en muchos casos, detrás de esas señales se esconde una enfermedad que puede avanzar con rapidez.
La neumonía en los perros compromete su sistema respiratorio, y si no se atiende de inmediato, puede poner en riesgo su vida. Se trata de una inflamación de los pulmones que impide el paso normal del oxígeno y puede estar causada por bacterias, virus y hongos.
Cuando esto ocurre, los alveolos, que son pequeños sacos encargados de oxigenar la sangre, se llenan de pus o secreciones, dificultando la respiración y reduciendo el intercambio de oxígeno. “El tema de cuán peligrosa llega a ser la neumonía canina va a depender de su presentación clínica. Un perrito que se encuentre cianótico, con encías azuladas o moradas, es un animal con una neumonía severa que necesita tratamiento urgente”, explica el Gustavo Rodríguez, médico veterinario clínico.
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Signos a considerar
Rodríguez detalla que los signos varían en cada paciente, pero suelen incluir letargo, dificultad para respirar, fiebre y tos, que puede ser seca o húmeda. “Los primeros signos que pueden presentarse están entre la intolerancia al ejercicio, la tos y el decaimiento”, añade. Algunos son más vulnerables. “Los braquicéfalos, cuya anatomía del tracto respiratorio los predispone a complicaciones, así como los inmunodeprimidos y los geriátricos”, dice.
En todos los casos, la detección temprana es determinante. “La neumonía deja de ser leve cuando el paciente es refractario al tratamiento o presenta signos crónicos como tos, estupor o crepitaciones”.
Para confirmar el diagnóstico, el especialista recomienda pruebas complementarias. “La prueba principal es la radiografía torácica. Si bien nos da una idea macro de lo que pasa a nivel pulmonar, debe ir acompañada del análisis sanguíneo y de la evaluación clínica para obtener un diagnóstico más acertado”.
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Uno de los errores más comunes es la automedicación. “Si el propietario decide medicar al paciente, existen dos caminos: que le pegue a la lotería y el paciente responda al tratamiento, o que empeore el cuadro clínico, volviéndolo crónico y complicando más el caso. También pueden aparecer efectos graves: diarrea, vómitos o reflujo”, advierte.
Rodríguez comenta que en Ecuador la neumonía se hace cada vez más notoria en la clínica diaria, sobre todo “durante los cambios de estación o en época de lluvia, cuando las temperaturas suelen variar constantemente”.
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Tratamientos acordes
Para el médico veterinario Álex Ycaza Cabrera la causa más frecuente de neumonía es bacteriana. “Usualmente es secundaria a una traqueobronquitis infecciosa conocida como ‘tos de perrera’, aunque hay otras causas virales, cambios bruscos de temperatura o ambientes con polvo y alérgenos”, indica.
El tratamiento depende de la gravedad. “Lo usual son antibióticos y corticoides. Nebulizar está indicado en los libros de medicina para casos severos. Pero en muchos casos leves o que están recién iniciando, no es requerido, y el tratamiento se limita a inmunomoduladores, jarabes expectorantes y vitamina C”, explica.
Ycaza añade que una buena alimentación puede acelerar la recuperación: “Por experiencia en la práctica clínica, cambiar a una dieta 100 % natural mejora su sistema inmunológico y contribuye a su recuperación más rápido”, afirma.
“El tiempo de recuperación puede tardar entre 10 y 15 días, aproximadamente, aunque puede haber casos que tarden más. Eso dependerá de la edad (los ancianos pueden agravarse con mayor facilidad); los perros braquicéfalos, por su condición anatómica o los pacientes cardiacos tienden a empeorar a pesar de estar bajo vigilancia médica.
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“También advierte sobre la importancia de seguir las indicaciones hasta el final del tratamiento. “Podría parecer que el paciente está recuperado y, si interrumpen la medicación antes de tiempo, puede llegar a la hospitalización, oxígeno asistido o antibióticos de última generación, con bajas posibilidades de recuperación óptima.”
Durante el reposo, recomienda una dieta casera con proteínas hervidas, vegetales cocidos y frutas: “El descanso es crucial, y la exposición al sol en la mañana o en la tarde ayuda a la asimilación de vitamina D. Sobre todo, no hay que descuidar la medicación indicada”. En casos de perros mayores o braquicéfalos, puede haber secuelas. “Su calidad de vida podría quedar disminuida. Estos pacientes deben mantenerse en vigilancia y controles posteriores para asegurar que no tengan recaídas”.
Prevención
Evitar los cambios bruscos de temperatura y fortalecer las defensas del animal son medidas esenciales. “Si vive en la Sierra, debe mantenerse abrigado. Suplementos nutricionales y una buena alimentación ayudan a mantener el sistema inmunológico fuerte”, aconseja Ycaza.
“La neumonía no siempre da señales evidentes, pero cuando aparece, el tiempo es decisivo”. Ir al veterinario ante cualquier tos persistente o dificultad para respirar puede salvar la vida del perro. (I)




























