Padres que acuden al Hospital del Niño, en el centro de Guayaquil, coinciden en que la reciente distribución de medicinas y equipos médicos del Gobierno debe beneficiar a todos los pacientes.
Las expectativas frente a la entrega nacional de medicinas impulsada por el Gobierno son altas en esa casa de salud. Aunque reconocen una buena atención, algunos relatan faltas puntuales de fármacos y gastos externos.
Víctor, cuyo nieto estuvo internado por una infección intestinal, comentó: “La atención ha sido buena y hasta ahora no hemos comprado nada”, aunque consideró que la entrega estatal “debe ser para todos, sin distinción”.
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Otros entrevistados creen que los niños deberían ocupar el primer lugar en la distribución.
Erika Dante, tía de un menor operado de una fístula congénita, comentó que “los niños deben ser prioridad, porque hay familias que no tienen cómo comprar”. En su caso, aseguró que siempre recibió los fármacos necesarios.
Los usuarios esperan que el abastecimiento mejore la continuidad de los tratamientos. Si bien reconocen la calidad profesional del hospital, muchos insisten en que un suministro estable evitaría gastos adicionales para las familias.
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En la mayoría de las atenciones, los usuarios indicaron que hay un servicio adecuado y oportuno. Mireya, quien acude desde hace dos meses con su nieto, señaló que “la atención ha sido buena”, aunque en ocasiones sí le han pedido adquirir medicinas afuera cuando no estaban disponibles.
Algunas familias relataron experiencias sin gastos adicionales durante internaciones. Rosa Alvarado recordó que a su nieto, operado por amígdalas inflamadas, “le dieron todo cuando estuvo hospitalizado”.
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Por su parte, Gladys Asensio dijo que, según lo que ha escuchado, “están atendiendo bien y sí le entregan los medicamentos”.
En consulta externa, varios padres perciben demoras y menos personal disponible.
César, cuyo hijo recibe seguimiento médico, comentó que la atención suele ser buena, pero “se demora un poco” y ha observado que “hay menos licenciados trabajando”.
Además, explicó que su hijo necesita un medicamento que “no lo dan” en el centro y cuesta $ 53,50.
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Otros pacientes aseguraron afrontar gastos mensuales por medicinas que antes se entregaban en el hospital.
Tamara, madre de Damaris, en tratamiento por nefrología, afirmó que ya no recibe los fármacos para la presión arterial y debe comprarlos cada mes. “Gasto unos $ 30”, indicó y pidió “más personal y más paciencia” en la atención.
Los casos de emergencias también han obligado a compras externas. Keyla Cerezo, madre de un paciente con epilepsia, relató que durante una crisis de convulsiones tuvo que adquirir un medicamento de $ 22 cada doce horas. “No había aquí y mi hijo no paraba de convulsionar”, contó.
Otros usuarios no han enfrentado faltas de insumos, aunque han visto a quienes sí. Wilson Roloya, acompañante de una niña atendida por un golpe, aseguró que en su caso no les han mandado a comprar nada, pero comentó que ha observado a familias buscando medicinas específicas fuera del hospital.
La expectativa común es que el nuevo abastecimiento alivie estas dificultades. Padres de cantones como Daule y El Triunfo, que viajan entre 40 minutos y dos horas, esperan que la entrega nacional reduzca los gastos extras y garantice continuidad en los tratamientos.
Mientras avanza el proceso de distribución anunciado por el Gobierno, las familias recalcan un pedido unánime: que las medicinas lleguen a quien las necesite, sin retrasos y “sin distinción”. (I)



















