“Cuando desciendes 100 metros, no hay luz del sol. Está oscuro y cada uno de tus pulmones se encoge al tamaño de una pelota de tenis. Tratas de darle tranquilidad a tu mente, mientras ella está convencida de que te estás muriendo”.
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En el buceo libre la clave está en la relajación y la meditación.


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“Cuando desciendes 100 metros, no hay luz del sol. Está oscuro y cada uno de tus pulmones se encoge al tamaño de una pelota de tenis. Tratas de darle tranquilidad a tu mente, mientras ella está convencida de que te estás muriendo”.