El Adviento es el tiempo litúrgico con el que la Iglesia católica inicia su año eclesiástico y prepara a los fieles para la celebración de la Navidad. Comienza con el primer domingo de Adviento y se extiende hasta la víspera del 25 de diciembre, centrado en la espera y la reflexión sobre la venida de Cristo.
El cuarto domingo de Adviento, que este año se conmemora el domingo 21 de diciembre, marca la última etapa de preparación espiritual. En esta jornada se enciende la cuarta vela de la corona de Adviento, de color morado, símbolo de la espera, la reflexión y la cercanía del nacimiento de Jesús.
Este acto recuerda a los creyentes que la Navidad está próxima e invita a abrir el corazón al mensaje de esperanza y amor que representa el nacimiento de Cristo.
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Oración de la cuarta vela
La corona al inciar la oración deben estar encendidas las anteriores velas de la corona. Crear un ambiente recogido, con poca luz. Es recomendable colocar una imagen de la Virgen al lado de la corona, con un cirio a sus pies. De este cirio se puede tomar la llama para encender la tercera vela de la corona.
TODOS:
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
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MONITOR:
Nuestro auxilio es el nombre del Señor.
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TODOS:
Que hizo el cielo y la tierra.
MONITOR:
Alegrémonos porque el Señor está cerca de nosotros y viene a traernos la salvación. La espera llega a su fin, por eso hoy encenderemos la cuarta y última vela de nuestra corona. Que este símbolo nos recuerde la proximidad de la venida del Señor Jesús. ¡Dios Hecho Niño viene a reconciliar los corazones y estamos alegres! ¡Crece la esperanza! Iniciemos la oración de esta semana cantando MORADA DE LA LUZ (u otro canto apropiado).
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TODOS CANTAN:
CELEBREMOS UNIDOS A LA VIRGEN MARÍA, PORQUE ESTÁBAMOS CIEGOS Y NOS DIO A LUZ EL DÍA, PORQUE ESTÁBAMOS TRISTES Y NOS DIO LA ALEGRÍA.
1. Mujer tan silenciosa y encumbrada, ahora más que el sol, recibes en tu vientre al mismo Dios, al que es tu Creador.
2. Lo que Eva en una tarde misteriosa buscando nos perdió, Tú, Madre, lo devuelves florecido en fruto salvador.
3. Tú que eres bella puerta del Rey sumo, Morada de la Luz, la puerta nos abriste de los cielos al darnos a Jesús.
LECTOR:
Lectura tomada del Evangelio según San Lucas:
En aquellos días, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó: «¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor».
María dijo entonces: «Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi salvador, porque él miró con bondad la pequeñez de su servidora. En adelante todas las generaciones me llamarán feliz, porque el Todopoderoso ha hecho grandes cosas en mí: ¡su Nombre es santo!» (Lc 1, 39-49).
MONITOR:
La presencia del Señor Jesús entre nosotros nos llena de gozo y alegría. Es la Madre quien nos lo hace cercano; es Ella quien refleja la Luz de su Hijo y permite que esta llegue hasta nosotros, iluminando nuestras vidas. En compañía de Santa María encendamos la última vela de nuestra corona de Adviento mientras cantamos HOY SE ENCIENDE UNA LLAMA (u otro canto apropiado):
TODOS CANTAN:
(Una persona enciende la cuarta vela mientras se entona el canto, de ser posible durante la cuarta estrofa)*
HOY SE ENCIENDE UNA LLAMAEN LA CORONA DE ADVIENTO,QUE ARDA NUESTRA ESPERANZAEN EL CORAZÓN DESPIERTOY AL CALOR DE LA MADRECAMINEMOS ESTE TIEMPO.
- Un primer lucero se enciendeanunciando al Rey que vienepreparad corazones,allánense los senderos.
- Crecen nuestros anhelos al verla segunda llama nacer.Como dulce rocío vendráel Mesías hecho Niño.
- Nuestro gozo hoy quiere cantarpor ver tres luceros brillarcon María esperamos al Niñocon alegría.
- Huyen las tinieblas al ver*cuatro llamas resplandecerya la gloria está cercalevanten los corazones.
MONITOR:
Elevemos ahora nuestras peticiones a Dios, acudiendo a la intercesión de la Virgen María. Respondamos después de cada petición: POR INTERCESIÓN DE TU MADRE, ESCÚCHANOS SEÑOR.
(Peticiones libres)
Recemos ahora un Padrenuestro, un Avemaría y Gloria.
MONITOR:
Oremos. Padre misericordioso, que quisiste que tu Hijo se encarnara en el seno de Santa María Virgen, escucha nuestra súplicas y concédenos tu gracia para que sepamos acoger al Señor Jesús, tu Hijo, que contigo vive y reina en unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
TODOS:
Amén.
TODOS:
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.























