La mañana de este viernes, 19 de septiembre, se renovó en Nápoles el conocido “prodigio” de San Genaro. Durante la misa solemne en su honor, la ampolla con la sangre del mártir mostró nuevamente el paso de sólido a líquido, hecho considerado signo de protección para la ciudad.
La Catedral de Nápoles (Italia) fue escenario de la multitudinaria ceremonia en la que, como cada año, la sangre del patrono de la ciudad pasó de estado sólido a líquido.
A las 10:07 de la mañana, tras agitarse el tradicional pañuelo blanco, el arzobispo de Nápoles, cardenal Domenico Battaglia, presentó ante los presentes la reliquia con la sangre de San Genaro en estado líquido.
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Durante su mensaje, el purpurado señaló que aquella sangre es un signo vivo que sigue transmitiendo un llamado a la ciudad: confiar en el Evangelio por encima de cálculos humanos o temores.
El purpurado vinculó el signo con el sufrimiento actual de pueblos en conflicto. Mencionó a Palestina y Ucrania, exhortando al cese de la violencia y recordando que la sangre del santo debe inspirar caminos de paz y reconciliación.
Esta es una de las tradiciones más arraigadas en la supersticiosa Nápoles, que cada año espera y contempla atónita cómo la sangre del santo mártir, conservada en un relicario de cristal custodiado con celo, recuperar su aspecto líquido.
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La ciencia ha cuestionado en múltiples ocasiones este fenómeno y ha solicitado el estudio de la sustancia conservadas en las ampollas y custodiada férreamente en la Capilla del Tesoro.
El milagro no se obró, por ejemplo, en 1939, poco antes de que la Alemania nazi originara la Segunda Guerra Mundial, y tampoco en 1980, año del devastador terremoto de Irpinia, que sacudió la región y causó miles de muertos.
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La licuefacción de la sangre de San Genaro ocurre tres veces al año: el 19 de septiembre, el 16 de diciembre y el sábado anterior al primer domingo de mayo. Según la tradición, la reliquia fue recogida tras el martirio del obispo en el siglo IV.
Al concluir la ceremonia, el Arzobispo recorrió la nave central y mostró la ampolla también en el exterior del templo. (I)