En las agitadas aguas oscuras del océano, Alam Jafar podía ver a su hijo de siete años que desesperadamente trataba de respirar. Nunca lo había visto gritar tan fuerte: no sabía nadar. “¡Papi, ayúdame!”, decía el pequeño.
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Jafar y su familia se habían montado en un pequeño bote pesquero repleto de refugiados de Mianmar que intentaban llegar a Bangladés. Eran parte del éxodo humano más grande que vive Asia desde la guerra de Vietnam..
En las agitadas aguas oscuras del océano, Alam Jafar podía ver a su hijo de siete años que desesperadamente trataba de respirar. Nunca lo había visto gritar tan fuerte: no sabía nadar. “¡Papi, ayúdame!”, decía el pequeño.
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