Las lluvias fuertes que se registran en la Amazonía y su efecto en los ríos, inestabilidad del suelo y el arrastre de tierra, arena y piedras llevó a parar el bombeo de petróleo y ocho centrales hidroeléctricas, como precaución para proteger la infraestructura eléctrica y petrolera.
El aporte de la generación hidroeléctrica para cubrir la demanda nacional cerró este jueves, 3 de julio del 2025, en un 71 %; normalmente llega hasta 90 %.
Las ocho hidroeléctricas en para, que incluyen a Coca Codo Sinclair, suman alrededor de 1.200 megavatios (MW).
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Pese a ello, el ministro de Energía subrogante, Guilhermo Ferreira, asegura que el país no tendrá cortes de energía, pues la demanda nacional está cubierta con la producción que se tiene actualmente, los mecanismos de respaldo energético:
- Los equipos electrógenos de las empresas
- La interconexión regional
- Energía flotante
- La recuperación de las centrales térmicas
- La operación continua de Toachi Pilatón
Lo dijo tras el anuncio que hizo Pteroecuador al finalizar la tarde del jueves: declarar fuerza mayor en sus operaciones y la emergencia en el Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE), sustentada en los informes técnicos que alertan sobre el avance de un frente de erosión.
Según la Secretaría de Riesgos, se han identificado puntos susceptibles de movimientos en masa en el tramo Papallacta-El Reventador, por donde atraviesan 113 kilómetros del oleoducto.
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El gerente general de Petroecuador, Leonard Bruns, indicó que la situación es compleja por las condiciones climáticas y que se han tomado medidas preventivas para minimizar los impactos: “Se detuvo el bombeo de petróleo y se drenó el fluido en la tubería. Continúa la construcción de la variante a fin de poder transportar el crudo de manera segura”.
La erosión regresiva también afecta la operación de hidroeléctricas. Ferreira explicó que los ríos arrastran ciertos materiales, como tierra, arena o piedras, desde las cuencas hacia las zonas de captación, lo que puede obstruir los sistemas internos y afectar el funcionamiento de las centrales.
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Tiene mucho movimiento de arena y sedimentos, y eso no puede entrar al canal de captación de agua y de generación eléctrica que va a las turbinas. “Solo por esa razón tuvimos que detener el funcionamiento de ocho hidroeléctricas, esperando que la cantidad de lluvia y la velocidad del río disminuya, y podemos poner en servicio nuevamente el tema de las hidroeléctricas”, comentó.
El Gobierno, Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec) y el Ministerio de Energía tomaron la decisión de precautelar, para que no se presenten fallas mayores en las turbinas en ocho hidroeléctricas, y tuvimos la necesidad de suspender la operación.
Guilhermo Ferreira, ministro subrogante de Energía
Y ratificó que no hay afectación al suministro eléctrico, que el servicio está garantizado y que el sistema está respaldado con termoeléctricas, autogeneración e interconexión.
Las autoridades también indicaron que el abastecimiento de combustibles está garantizado, que se realiza un seguimiento minuto a minuto y se ha logrado mantener el suministro.
La primera alerta fue de OCP Ecuador, que el martes 1 de julio suspendió el bombeo y cerró válvulas ante el avance de la erosión regresiva del río Loco, de la provincia de Napo, por las intensas precipitaciones.
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El miércoles Petroecuador hizo lo mismo con el Sistema de Oleoducto Transecuatoriano: se detuvo el bombeo de petróleo y se drenó el fluido en la tubería. Y el Operador Nacional de Electricidad (Cenace) dispuso al sector privado poner en operación a los grupos electrógenos de emergencia, por la salida de operación de varias centrales hidroeléctricas. Las empresas tienen la disposición de tener encendidos estos equipos hasta las 23:00 de este viernes, 4 de julio. (I)