El panorama es desolador. Donde antes había bulla, movimiento y alta circulación vehicular, hoy existe solo el silencio desgarrador de una comunidad enterrada en lodo y escombros.
Publicidad
El trágico evento dejó un fallecido, un herido siete casas afectadas y dos bienes destruidos.
Publicidad


El panorama es desolador. Donde antes había bulla, movimiento y alta circulación vehicular, hoy existe solo el silencio desgarrador de una comunidad enterrada en lodo y escombros.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
¿Tienes alguna sugerencia de tema, comentario o encontraste un error en esta nota?
Yarima, su madre, es una indígena de la etnia Yanomami, una población distribuida entre las selvas y montañas del norte de Brasil y del sur de Venezuela.
Publicidad