La Agencia Espacial Europea (ESA) ha puesto en marcha un curioso experimento que podría transformar la forma en que los astronautas se alimentan durante las misiones espaciales de larga duración.
Se trata del proyecto HOBI-WAN (Hydrogen Oxidizing Bacteria In Weightlessness As a source of Nutrition), cuyo objetivo es producir alimento a partir de recursos disponibles en el espacio, incluyendo algo tan inesperado como la orina.
Hoy, la comida que consumen los astronautas se fabrica en la Tierra y se envía a la Estación Espacial Internacional (EEI). Pero este método resulta inviable para viajes más lejanos, como los que la ESA y otras agencias planean hacia la Luna o Marte.
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Por eso, el organismo europeo busca alternativas sostenibles que garanticen la autonomía, resistencia y bienestar de los tripulantes en el espacio.
Una de las soluciones más prometedoras es Solein, una proteína en polvo creada por la empresa finlandesa Solar Foods. Este compuesto se obtiene mediante un proceso de fermentación de gases que combina microbios, aire y electricidad para generar un alimento altamente nutritivo.
We are excited to share that we are partnering with OHB System AG, a major European space and technology company, to develop Solein's production technology for testing onboard the ISS!
— Solar Foods (@Solar_Foods) November 3, 2025
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En la Tierra, el proceso utiliza amoníaco como fuente de nitrógeno; en el espacio, en cambio, se reemplazaría por urea, un compuesto presente en la orina humana.
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Durante los próximos ocho meses, Solar Foods trabajará junto a la compañía OHB System AG para adaptar la tecnología a las condiciones espaciales y, eventualmente, probarla a bordo de la EEI. Si el experimento resulta exitoso, sería la primera vez que se produce alimento mediante fermentación de gases en microgravedad.
“El objetivo es demostrar que nuestros microorganismos pueden crecer en el entorno espacial igual que en la Tierra y sentar las bases de una tecnología pionera”, explicó Arttu Luukanen, vicepresidente de Space y defensa de Solar Foods.
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“El comportamiento de los gases y líquidos en microgravedad es completamente distinto, y eso puede afectar drásticamente el transporte de nutrientes para los microbios de Solein”, agregó la experta.
Si el experimento tiene éxito, podría redefinir la logística de las misiones espaciales y ofrecer una alternativa a los sistemas de abastecimiento actuales. (I)



















