Una extraña cicatriz con forma de araña en Europa, una de las lunas heladas de Júpiter, podría ser una señal de que agua salada emergió desde el subsuelo a través de su corteza fracturada, según un nuevo estudio científico.
La estructura fue observada originalmente por la sonda Galileo de la NASA, cuya misión concluyó en 2003. La formación, bautizada oficialmente como Damhán Alla, un término irlandés que significa “araña” o “demonio del muro”, se encuentra dentro del cráter Manannán.
Aunque las imágenes datan de finales de los años noventa, los científicos recién ahora están logrando explicar cómo pudo haberse formado, de acuerdo con un comunicado del Trinity College Dublin.
Publicidad
“La importancia de nuestra investigación es realmente emocionante”, señaló Lauren Mc Keown, autora principal del estudio. “Las estructuras de la superficie pueden decirnos mucho sobre lo que ocurre bajo el hielo. Si vemos más de estas formaciones con la misión Europa Clipper, podrían indicar la existencia de reservorios locales de salmuera bajo la superficie”.
En la Tierra, estas formaciones aparecen cuando la nieve cae sobre un lago congelado y se forman orificios que permiten que el agua fluya hacia arriba, derritiendo la nieve circundante y creando canales radiales.
Radiotelescopio chino busca señales de tecnología alienígena en el sistema Trapisst-1
Los investigadores creen que en Europa podría ocurrir un proceso similar, con la diferencia de que el líquido sería agua extremadamente salada, forzada hacia arriba tras el impacto de un meteorito que habría debilitado la corteza helada.
Publicidad
Bajo las condiciones extremas de frío de Europa, esta salmuera podría fluir brevemente, grabando las formas ramificadas antes de volver a congelarse. De confirmarse esta hipótesis, estructuras como Damhán Alla podrían ser indicios de bolsas de agua líquida atrapadas dentro de la corteza de la luna, un factor clave en la búsqueda de condiciones favorables para la vida.
Por ahora, el análisis se basa en datos de la misión Galileo, pero se espera que la misión Europa Clipper, que llegará al sistema de Júpiter en abril de 2030, proporcione imágenes de mayor resolución y nueva información sobre estos procesos.
Publicidad
Los resultados del estudio fueron publicados el 2 de diciembre en la revista The Planetary Science Journal. (I)

























