El Museo del Louvre volverá a instalar rejas en la Galería de Apolo, que fueron retiradas en unas reformas realizadas en 2003 y no se habían vuelto a colocar, como parte de las medidas para mejorar el lugar que fue asaltado en el robo del 19 de octubre pasado.

La instalación se completará antes de las fiestas de Navidad, según explicó este miércoles la presidenta de la institución, Laurence des Cars, al declarar por segunda vez ante la comisión de Cultura del Senado francés.

“Les anuncio que la famosa reja se volverá a colocar en unos días, antes de Navidad”, explicó a los senadores, además de detallar el progreso de otras medidas, como que el puesto móvil de policía en el seno del museo estará operativo ya el próximo viernes.

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Des Cars fue llamada a comparecer después de que la semana pasada se presentaran ante la misma comisión las conclusiones de la investigación administrativa lanzada a raíz del robo, que desveló, entre otras cuestiones, que una diferencia de 30 segundos podría haber permitido apresar a los autores del hurto, que perpetraron su operación en apenas 8 minutos.

Esta fotografía muestra el "parure de la reine Marie-Amélie et de la Reine Hortense" (conjunto de joyas de la reina María Amelia y la reina Hortensia), expuesto en la Galería de Apolo el 14 de enero de 2020 en el Museo del Louvre de París, tras su reapertura tras diez meses de reformas. (Foto: STEPHANE DE SAKUTIN / AFP) Foto: AFP

Como explicación de este fracaso, la investigación no apunta a una explicación única, sino a una cadena de fragilidades que se arrastran desde hace años, tanto por la vetustez de las instalaciones como por la subestimación cronificada de los riesgos de robo y la falta de coordinación.

Des Cars justificó sus decisiones desde su asunción en septiembre de 2021, en un contexto en el que aún se lidiaban con las consecuencias de la covid-19, y recalcó, pese a los ataques de los senadores, que desde su equipo no hubo en ningún momento intención de postergar las muy necesarias mejoras de seguridad del museo para priorizar otras misiones.

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En concreto, los senadores la interrogaron sobre la lentitud en la implementación de un plan director general de seguridad, cuyos orígenes se remontan a 2017, durante la gestión de su predecesor, Jean-Luc Martínez (2013-2021), pero que no va a empezar a ponerse en marcha hasta el próximo año.

Ella admitió haber cuestionado el plan que heredó del anterior equipo, por considerarlo poco ambicioso, y haber puesto en marcha una revisión que desencadenó retrasos. Su predecesor, sin embargo, había comparecido la víspera ante la misma comisión y lo había juzgado suficiente.

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A la revisión iniciada por Des Cars se sumaron los plazos necesarios para la revisión técnica y administrativa y la aprobación del presupuesto por parte del Ministerio de Cultura

Pero por parte de la dirección general “no se bloqueó” el plan de seguridad para financiar otros proyectos, según subrayó también ante la comisión Francis Steinbeck, el administrador general adjunto del Louvre.

Lamenta no haber ido más rápido

Sí admitió la presidenta del que es el museo más visitado del mundo (con casi 9 millones de visitantes anuales) que, en ausencia de ese plan, hubo una “subestimación” de las medidas que debían ponerse en marcha sin esperar, ya que durante su gestión la inversión en seguridad fue cuatro veces menor a la de los años precedentes.

Consultada sobre si lamenta no haber hecho algo diferente, Des Cars confesó que siente “no haber ido más rápido” con la implementación del plan de seguridad, pero subrayó que ni ella ni su equipo aparcaron nunca la materia.

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Otro punto de disfuncionalidad que reveló la investigación administrativa fue la ausencia de un traspaso correcto de información sensible cuando hay un cambio de equipo directivo, así como en el sistema de archivo que emplea la pinacoteca.

En especial, tras el robo chocó descubrir que existía una auditoría realizada en 2019 por la firma de joyería Van Cleef & Arpels que identificaba con gran precisión el riesgo que implicaba el balcón que da al río Sena utilizado como vía de entrada en el robo.

De ese documento no tenía constancia la actual dirección hasta después del robo. “Es ahí donde me doy cuenta de nuestra desorganización, lo reconozco perfectamente”, dijo hoy Des Cars.

Atribuyó, no obstante, que ese documento estuviera enterrado en los archivos a que probablemente era un “asunto cerrado”, ya que después de él se sustituyeron las vitrinas protectoras de las obras de la galería para instalar otras más seguras.

Mencionó igualmente su descontento con los problemas de confidencialidad, ya que considera que el Louvre tiene un problema de “fuga de documentos” sensibles. Por ello han interpuesto una denuncia para que se investigue quiénes son los responsables. (I)