El Sol inició diciembre con un estallido energético significativo: una fuerte llamarada solar de clase X1.9 que provocó apagones temporales de radio en Australia y partes del sudeste asiático, reportaron centros internacionales de clima espacial.

La erupción alcanzó su punto máximo a las 9:49 a.m. EST del 30 de noviembre (02:49 GMT del 1 de diciembre) y se originó en una nueva región activa, AR4299, que acababa de emerger mientras rotaba hacia la parte visible del Sol desde su extremo noreste.

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El estallido generó un apagón de radio R3, uno de los niveles severos en la escala NOAA, que afectó las comunicaciones en el lado diurno de la Tierra.

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Minutos después, imágenes del satélite SOHO mostraron una eyección de masa coronal (CME) de tipo parcial-halo, una explosión de plasma y campos magnéticos que salió despedida desde la misma zona. Modelos de trayectoria confirmaron que esta CME no está dirigida hacia la Tierra, por lo que no se espera un impacto directo.

Sin embargo, los expertos creen que la verdadera historia está en la gigantesca región de manchas solares que viene detrás. Se trata de AR4294, un enorme y complejo grupo magnético que ahora gira hacia la posición frontal respecto a la Tierra.

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Los pronósticos de NOAA indican que entre el 1 y 3 de diciembre existe una alta probabilidad de llamaradas de clase M y una leve posibilidad de nuevas llamaradas de clase X mientras AR4294 sigue orientándose hacia la Tierra. Hasta ahora no se han detectado CMEs dirigidas al planeta, pero esa situación podría cambiar en los próximos días.

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Mientras tanto, se espera que el campo geomagnético de la Tierra se mantenga relativamente calmo hasta el 3 de diciembre, cuando un flujo proveniente de un agujero coronal de polaridad negativa podría generar una tormenta geomagnética menor (G1). (I)