(En desarrollo)

La audiencia de juicio por el caso Las Malvinas continúa este martes, 2 de diciembre, con la comparecencia de tres militares más involucrados en el proceso y pruebas de descargo de las defensas.

En esta jornada está programada la presentación de testimonios de los procesados Cristian A., John Z. y Juan Francisco I., y otros testigos de las defensas.

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En este caso se indaga el delito de desaparición forzada en el contexto de la retención de los menores de Las Malvinas, reportada el 8 de diciembre de 2024.

La diligencia se desarrolla con la versión de militares involucrados y versiones encontradas en torno a las agresiones a los menores y reuniones entre los servidores.

Cristian A., uno de los procesados y cooperante de la investigación, dio su testimonio en la parte inicial de la audiencia.

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Él narró detalles de la retención de los menores desde la avenida 25 de Julio hasta que los llevaron a un camino de segundo orden.

Señaló que hubo disparos en medio de la retención de los menores, además de golpes.

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También señaló que el militar John Z. les pidió a los menores que se quitaran la ropa en el camino secundario, y luego ayudaron a retirar un árbol que bloqueaba el paso en ese camino. Tras ello, los liberaron y quedaron abandonados. “Se quedaron vivos, con vía a Taura”, ratificó.

Días posteriores, contó que recibió un mensaje de que el grupo debía mantener una reunión con superiores.

Reconoció que hubo diálogos entre los militares, incluyendo John Z., quien encabezó el operativo, para tener una versión unificada respecto de los hechos y avanzar juntos con un solo abogado.

“(John Z.) les había dicho que nosotros los dejamos sanos y salvos y que todos teníamos que concordar en lo mismo, pero que no era tan grave, que ya aparecerían los muchachos... y como se dice en la vida militar todos teníamos un espíritu de cuerpo. También nos dijo: Borrarán videos, fotos, todo lo que hubieran hecho”, manifestó.

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En la parte final de su presentación, manifestó que los militares, incluyendo él, no mataron a los menores.

“Fue omisión, fue un mal procedimiento. No sé qué se le vino por la cabeza al querer llevar a otro lado a los muchachos”, dijo.

En su presentación, los abogados le consultaron sobre las municiones, y manifestó que escuchó que iban a hablar para reponerlas, ya que anteriormente en informes se habló de que las armas estaban con sus municiones completas en el momento de la devolución.

Otros convocados para presentarse en el proceso

A las 10:30, el mayor Jonathan Estrella, quien pertenecía al Gomai-Durán, se presentó en la diligencia como testigo de uno de los procesados. Él indicó que autenticó la orden de acción táctica # 266 relacionada a los militares que participaron en la operación.

A las 10:50, Marcos Villacís Fonseca, militar, fue consultado si suscribió el listado del escuadrón Tango Charly, que realizó el operativo ese día. Abogados le hicieron consultas sobre la integración del listado, fechas, entre otros detalles.

A las 11:00, Carla Montalvo, abogada de David C., hizo la práctica de la prueba documental con la nómina del personal que participó en la orden táctica 266 en la que constan los 16 militares, un disco duro, entre otros elementos.

A las 11:15, la defensa del militar David C. S., otro militar, retomó la comparecencia del testigo Erwin Rafael Márquez, perteneciente a la Dinased, quien no había sido presentado el lunes anterior.

Ante las consultas, dijo que él hizo algunos informes respecto a la búsqueda de los cuatro menores.

En el informe 239-2023, de fecha 27 de diciembre de 2024, dijo que se iniciaron búsquedas el 18 de diciembre, cuando fueron delegados de la unidad de personas desaparecidas para colaborar con la Unase en la búsqueda de los menores.

En el documento se dan detalles del hallazgo de cuatro cadáveres el 24 de ese mes en el estero El Chabelo, en los manglares del río Taura.

Antes, dijo que ya estaba realizando indagaciones respecto a actividades delictivas y con la alerta de la desaparición y asesinato de los menores, se enfocaron en los presuntos sospechosos, entre ellos alias Momo, que serían parte de Los Águilas. Ninguno de ellos es militar, ratificó.

En las indagaciones por la desaparición, Márquez dijo que tomó contacto y pudo tener información verbal con el teniente Juan Francisco I. sobre las últimas personas que tuvieron contacto con los menores. Con los 16 militares de las dos patrullas no lo tuvo.

Otro militar involucrado comparece a juicio

Hasta este mediodía seguía la presentación del militar Juan Francisco I., otro militar procesado y quien cumple medidas alternativas.

Él, que se desempeña desde hace 25 años en el área de inteligencia militar, no estuvo en las patrullas participantes sino que colaboró en procesos de indagaciones a nivel militar.

Apuntó que su labor no consiste en levantar pruebas judiciales sino indagaciones, analizar indicios que permitan elaborar hipótesis, anticipar amenazas y apoyar en la toma de decisiones de operaciones.

Dijo que no se hicieron interrogatorios, sino entrevistas, aunque fueron grabadas a los militares. En total entrevistó a ocho militares, los cuales fueron nombrados por él.

Dijo que hubo informes escritos y negó que se lo haya pedido a mano como indicaron algunos colaboradores eficaces.

Luego, expuso las actividades realizadas desde que recibió un video de su jefe de Inteligencia sobre la retención de los menores el 10 de diciembre pasado y lo ocurrido en días posteriores con la búsqueda empleada en la zona de Taura, tras el reporte de desaparición del menor.

Dijo que informes de dos militares, que antes comparecieron, eran escuetos y no se dieron mayores detalles de los menores ni agresiones.

Entre otros detalles, Juan Francisco I. contó que salió con una patrulla militar para verificar la información aportada en los informes sobre la aprehensión y el abandono en Taura. Fueron dos militares, entre esos John Z., en dos camionetas distintas. Sus versiones coincidieron en ese recorrido.

Además, en la vía de segundo orden de Taura se levantó un dron, en casas se consultó sobre los menores y en terrenos aledaños, pero no hubo mayores detalles.

En un canal, agregó, se percató de que salía humo y encontró vestimentas. Los compañeros dijeron desconocer sobre la procedencia de las mismas, dijo Juan I.

En días posteriores, el 13 de diciembre, dijo que recibió el pedido de un teniente para avanzar hacia la zona de Taura, donde el último pudo hacer una entrevista a un testigo y pudieron conocer que los menores habían quedados desnudos.

La Policía pudo haber hecho algo más”, dijo el militar, mientras exponía los hechos.

El día 15, contó que apoyó al mismo teniente y equipos de Policía para que realicen allanamientos por la presunción de que los menores estaban retenidos en una vivienda de la zona.

En su comparecencia, Juan I. mencionó que ha apoyado en los procesos investigativos de la Unase, con fuentes humanas y equipos de seguridad, y refutó versiones de los colaboradores eficaces, entre esos los datos provistos sobre reuniones mantenidas con el alto mando.

“Hay muchas cosas que no son verdad”, dijo y agregó que ha recibido amenazas, entre esas el abandono de un explosivo afuera del bloque donde vive en un cuartel militar.

Una vez que concluyó su presentación, el tribunal suspendió la diligencia hasta las 14:00.

Procesado dice que intentó llamar al ECU911

Luego de ello, John Henry Z. E., militar procesado, dio su testimonio sobre los hechos ocurridos en torno a la retención de los menores.

Este militar, que lideraba a las patrullas, contó que inicialmente les habían dispuesto que custodiaran un camión de la aduana al sur de Guayaquil y al retornar, en la av. 25 de Julio, tuvieron la alerta de un robo. Allí contó que se aprehendió a cuatro personas.

Luego de ello, el servidor militar narró que tuvo dos intentos de llamada al ECU911, pero al no tener señal y que no le salía la llamada, decidió llevar a los aprehendidos hacia la UPC de Virgen de Fátima.

En el trayecto a la UPC de Virgen de Fátima, a la altura del km 20, narró que se toparon con una camioneta que hizo luces y tomaron contacto. Les indicaron de desmanes en la vía a Taura.

En un night club encontraron a unas 50 personas que libaban en el sitio, por lo que se decidió evitar confrontaciones. Avanzaron a la vía alterna para ir a Virgen de Fátima y se toparon con un árbol caído, a un kilómetro del pueblo de Taura. Con los compañeros menos antiguos y los retenidos, narró, se encargaron de mover la estructura vegetal.

En tres ocasiones, uno de los aprehendidos insistió en que “los dejaran allí” y no los entregaran a la Policía.

El oficial de la patrulla accedió al pedido y se retiraron del sitio. Además desmintió que se hayan presentado disparos, como mencionaron otros militares involucrados.

“Nosotros entregamos el armamento de una forma inmediata... adicional a esto constan los informes por parte de los armeros de guardia”, refirió él.

Luego de los hechos, dijo que informó de novedades a sus superiores. “No he ocultado ninguna información”, sostuvo él.

A las 15:20 culminó la etapa de pruebas de las partes procesales y se suspendió la diligencia para seguir el proceso de debate y alegatos finales la próxima semana. (I)