Un hombre llegó decepcionado y visiblemente afectado a la Fiscalía del Cuartel Modelo, situada en la avenida de las Américas, en el norte de Guayaquil, la mañana del jueves 11 de diciembre.

Aún en estado de shock por lo que había vivido pocas horas antes. Su motivo era denunciar el robo de su motocicleta, un hecho que, según relató, ocurrió mientras la ingresaba a su vivienda en el suburbio de la ciudad.

Balacera dentro de una agencia bancaria del suroeste de Guayaquil

El robo se registró alrededor de las seis de la mañana, minutos después de que el hombre saliera a comprar pan para el desayuno.

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Contó que al regresar y dejar su moto estacionada en su garaje, fue sorprendido por dos sujetos que llegaron a bordo de otra motocicleta.

Uno de ellos, sin mediar palabra, le apuntó directamente con un arma de fuego.

“Vinieron y me encañonaron con un revólver plateado y me dijeron: ‘Bájate de la moto’. Yo a lo que iba a reaccionar, ellos se adelantaron y se me llevaron la moto”, expresó aún con nerviosismo.

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El hombre recordaba con claridad el brillo del arma y el tono amenazante con que le exigieron que entregara el vehículo.

Los antisociales, según manifestó, vestían un uniforme similar al de trabajadores de una entidad municipal.

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Añadió que ha visto a esos sujetos frecuentar el sector, especialmente “arreglando cables eléctricos”, lo que ahora le hace pensar que posiblemente lo estaban observando desde días antes.

“Yo los vi como cualquier persona y en el momento que iba a guardar mi moto, ellos vinieron y se sacaron el arma y me amenazaron. Yo lo que tuve que hacer es entregarles la moto en mi propia casa”, lamentó la víctima.

La impotencia lo acompañaba mientras narraba los hechos.

“Se me llevaron la moto en mi propia casa. La delincuencia está demasiado avanzada para que uno no esté seguro ni en su propia casa. Gracias a Dios que estoy vivo”, dijo.

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El denunciante explicó con pesar que la moto era su medio de transporte diario y que todavía le faltaban varios meses para terminar de pagarla.

Además, señaló que en su sector ya no puede coger algunas líneas de buses desde que eliminaron rutas como la 117 o la 70, lo que complica más su desplazamiento desde la 12 y Bolivia, donde reside.

Por ello, pidió ayuda a su hermana para poder trasladarse a la Fiscalía y presentar la denuncia.

Con la esperanza de recuperar su vehículo, salió del edificio aún con el rostro marcado por la preocupación y la incertidumbre de cómo se moverá ahora por la ciudad. (I)