Hasta una plazoleta en donde funciona una cancha, en General Villamil Playas, se llevó el féretro de Ángel Montaguano, una de las nueve víctimas mortales de la masacre ocurrida en un billar del barrio Santa Isabel.

El joven se encontraba junto con sus amigos de la infancia en el billar cuando fue baleado, la tarde de este sábado, 19 de julio.

La tesis de la Policía es que sujetos a bordo de un vehículo llegaron hasta este sitio para atentar contra una tercera persona, que también llegó al lugar, pero que finalmente huyó. Los jóvenes serían víctimas colaterales del ataque. Este lunes se hablaba de once víctimas en total.

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Al mediodía de este lunes, 21 de julio, familiares y amigos llegaron al lugar conocido como la plazoleta para dar el último adiós a Montaguano, quien era funcionario de la Alcaldía de Playas.

El féretro se ubicó en medio de la cancha para realizar una emotiva despedida antes de caminar al cementerio de la localidad. También llegaron hasta la escuela Zenón Macías, plantel en el que la víctima cursó sus primeros años escolares.

El alcalde Gabriel Balladares acudió al sepelio.

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Algunas de las personas que acompañaron en la caminata de dos horas hasta el camposanto usaron camisetas en las que se leía la frase “Queremos un Playas de paz”.

Amigos y conocidos contaron que Ángel Montaguano practicaba vóley. Su padre pidió, frente a los presentes, que la muerte de su hijo no quede en la impunidad y exhortó a las autoridades a mantener las investigaciones del caso.

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Según medios locales, Montaguano sería la sexta víctima que ha sido sepultada desde este domingo. La noche de ese día se realizó una misa para despedir a tres de los jóvenes. (I)