Los astrónomos advierten que el tiempo será determinante para diseñar un plan contra el asteroide 2024 YR4, descubierto a finales de 2024. Aunque la amenaza sobre la Tierra se ha reducido, el objeto conserva un 4 % de probabilidades de impactar la Luna en 2032.
El asteroide mide unos 55 metros de diámetro, suficiente para causar daños significativos si colisiona. Los cálculos iniciales hablaban de hasta un 3,1 % de riesgo para nuestro planeta, pero nuevas observaciones rebajaron la cifra a apenas un 0,28 %. Sin embargo, su cercanía a la Luna mantiene la preocupación.
¿Qué pasaría si impacta con la Luna?
Un impacto lunar de este tipo levantaría grandes cantidades de polvo y rocas conocidas como “eyecta”. Ese material podría multiplicar por mil la presencia de micrometeoroides en la órbita terrestre baja, poniendo en peligro a astronautas, satélites y la propia Estación Espacial Internacional.
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Los investigadores recuerdan que cualquier intento de desviar el asteroide entraña riesgos. La falta de datos precisos sobre su masa dificulta calcular la respuesta. Una misión mal ejecutada incluso podría redirigirlo hacia la Tierra, lo que elevaría la amenaza de forma drástica.
La NASA cuenta con antecedentes alentadores, como la misión DART de 2022, que logró alterar la órbita de la luna Dimorphos. Sin embargo, el caso de 2024 YR4 es más complejo por su tamaño, su trayectoria y el tiempo limitado para planificar una intervención.
¿Qué otras alternativas hay para desviarlo?
Entre las alternativas, los científicos plantean fragmentar el asteroide mediante un impacto directo. Esta técnica, aún sin pruebas reales, tendría como objetivo romper la roca en lugar de cambiar su curso. El margen para ejecutar una misión de este tipo sería entre 2030 y 2032.
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Si esa opción falla, la posibilidad más extrema sería recurrir a un arma nuclear. La detonación de un dispositivo sobre la superficie o en las cercanías podría reducir la amenaza, aunque esta estrategia tampoco se ha puesto en práctica y conlleva importantes desafíos técnicos y políticos.
Los expertos subrayan que existe un 96 % de probabilidades de que el asteroide pase sin incidentes. Aun así, consideran este caso una oportunidad única para preparar protocolos y tecnologías que, en el futuro, permitan responder a amenazas más graves en el vecindario cósmico. (I)