La próxima luna llena ocurrirá el 6 de octubre de 2025 y será especial para el hemisferio norte: se trata de la Luna de la Cosecha, un fenómeno astronómico y cultural que este año se presenta de manera poco habitual.
Un calendario fuera de lo común
La Luna de la Cosecha es la luna llena más cercana al equinoccio de septiembre. En 2025, esta condición se cumple el 7 de octubre a las 03:48 GMT (23:48 del 6 de octubre en la costa este de Estados Unidos), lo que la convierte en una de las pocas ocasiones en las que este evento se produce en octubre en lugar de septiembre.
Entre 1970 y 2050, la Luna de la Cosecha ha coincidido con octubre en solo 18 ocasiones. La última vez fue en 2020 y la próxima será en 2028, de acuerdo con los datos recopilados por Space.com.
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Origen del nombre
El término “Luna de la Cosecha” proviene de las tribus indígenas del norte y este de lo que hoy es Estados Unidos. Estas comunidades nombraban las lunas llenas para marcar el ciclo agrícola. Durante la cosecha de otoño, la luz brillante permitía a los agricultores trabajar de noche para recoger maíz, calabazas, frijoles y arroz silvestre.
Particularidades astronómicas
A diferencia de otras lunas llenas, esta no permanece más tiempo en el cielo. Su característica principal es que sale casi a la misma hora durante varias noches consecutivas, reduciendo el intervalo habitual de 50 minutos entre cada salida a apenas 20–25 minutos.
Por ejemplo, en Boston, la Luna saldrá:
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- 5 de octubre: 17:32
- 6 de octubre: 17:55
- 7 de octubre: 18:20
Esta sincronía proporciona varias noches de iluminación casi inmediata tras la puesta del sol, un fenómeno que en el pasado facilitaba las labores agrícolas.
Variaciones mundiales
El intervalo entre las salidas de la Luna no es uniforme en todo el planeta. De acuerdo con Space.com, la diferencia de tiempo entre noches aumenta en latitudes más bajas. En Miami, Florida (25,8° N), la luna sale en promedio 37 minutos más tarde cada noche, mientras que en Edmonton, Canadá (56,7° N) la diferencia es de apenas 11 minutos.
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La causa es la inclinación de la eclíptica, la trayectoria aparente de la Luna y el Sol. En el hemisferio norte, cerca de la Luna de la Cosecha, la eclíptica forma un ángulo muy pequeño con el horizonte, retrasando poco la salida de la Luna.
En cambio, en el hemisferio sur la eclíptica está casi perpendicular al horizonte oriental, por lo que el intervalo supera el promedio de 50 minutos. Por ejemplo, en Christchurch, Nueva Zelanda (43,5° S), la diferencia llega a 81 minutos. (I)