La posibilidad de renunciar a la visa de EE. UU. se volvió tema de debate luego de que dos ministros del gobierno colombiano, la canciller Rosa Villavicencio y el ministro de Hacienda Germán Ávila, anunciaran que renunciaron a su visado en apoyo al presidente Gustavo Petro.
Petro había recibido la cancelación de su visa estadounidense el viernes, supuestamente por “actos imprudentes e incendiarios” durante una protesta en Nueva York.
Otros dos altos funcionarios, el ministro de Minas, Edwin Palma, y la principal asesora del presidente, Angie Rodríguez, informaron que recibieron una notificación de la cancelación de sus visas por parte del Departamento de Estado estadounidense.
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“Nos llena de orgullo no tener la visa de un país, cuyo gobierno apoya un genocidio”, escribió el presidente Petro en la red X tras conocer las acciones de Estados Unidos contra su gabinete. La canciller Villavicencio añadió: “Si por ser un pacifista le quitan la visa, pues muchos (...) también lo somos y renunciamos a ese documento”, mientras Ávila sostuvo: “Para trabajar por nuestro pueblo no necesitamos visa”.
Armando Benedetti, ministro del Interior, señaló que “es posible” que se presenten más renuncias dentro del gabinete, y recordó que Estados Unidos le ha cancelado la visa en dos ocasiones.
Revocaciones y renuncias
El gobierno de Estados Unidos puede revocar visas por diversas razones, como motivos criminales, médicos, financieros, de seguridad u otros.
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El Departamento de Estado de EE. UU. tiene la autoridad para denegar o revocar visas basándose en información que sugiera que el titular podría ser inadmisible en el país.
En cuanto a los ministros que informaron sobre su “renuncia” al visado estadounidense, un experto advierte que no existe un procedimiento formal para renunciar a la visa.
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Renunciar la visa no existe. Mientras la tenga podrá usarla. Para que el gesto sea efectivo debe destruirla. https://t.co/2D59jLBj0E
— Vladimir Salazar ⚖ 🇺🇦 (@vlasoscuro) September 29, 2025
Según el abogado colombiano Vladimir Salazar, mientras la persona tenga la visa en su poder, podrá seguir utilizándola. Para que el gesto de “renuncia” sea efectivo, explicó, es necesario destruir físicamente el documento.
En caso de daños en la visa, incluso si son mínimos, el documento deja de ser válido.
Si la visa estadounidense está dañada —ya sea rota, mojada o con información ilegible— el titular no podrá viajar con ella, ya que los oficiales de inmigración podrían denegarle la entrada a EE. UU.
El Departamento de Estado enfatiza que, si la visa ha sufrido algún daño, deberá solicitarse una nueva en una Embajada o Consulado de EE. UU. en el extranjero.
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De esta manera, el solicitante tendrá que seguir el proceso habitual en una Embajada o Consulado de EE. UU. en el extranjero, que incluye completar el formulario de visa, pagar la tarifa correspondiente y programar una cita consular. (I)